El turismo rural de Castilla y León aguanta hasta el momento la crisis con solvencia, algo que demuestra el aumento del número de establecimientos en un 40,5 por ciento desde que en 2007 comenzó la situación económica adversa, hasta totalizar 3.800 casas rurales, así como un incremento proporcional del 39,4 por ciento de las plazas ofertadas, que asciende a 33.687.
Con estas cifras, lo lógico es que las noticias fueran todas positivas si no fuera porque desde el sector critican que este ‘boom’ de rehabilitación de viviendas antiguas para convertirlas en placenteras estancias rurales destinadas al turismo viene acompañado de una moderación de la demanda, y no de un crecimiento exponencial, por lo que el grado de ocupación se ha estancado e incluso ha ido a la baja. “Hay un desajuste entre oferta y demanda y muchos alojamientos sin ocupar y sin reservas, porque la demanda prácticamente se ha estancado e incluso bajado desde hace unos dos años”, explicó el presidente de Federación de Asociaciones Castellano y Leonesas de Turismo Rural (Acaltur), Luis Rodríguez.
A su juicio, la oferta de 3.800 establecimientos es “bastante desigual”, algo motivado por el aumento “exponencial tan grande” registrado en estos años. Rodríguez manifestó que hay un porcentaje de alojamientos de Castilla y León que figuran en el círculo de comercialización “y que no se están llenando, o porque no funcionan, o porque han cerrado, o porque tienen una situación precaria, o porque solo abren en algunos momentos del año”.
En este sentido, aunque destacó el liderazgo de Castilla y León en turismo rural, aconsejó “juzgar” estas cifras teniendo en cuenta esos factores, dado que, al contrario que otros sectores, “ha aumentado la oferta mientras no lo ha hecho la demanda, con lo que ello significa que muchas casas están vacías”. Los hoteles, hostales y pensiones, al contrario, sí que han acusado la crisis, tanto en la oferta como en la demanda. En estos casi cuatro años, este subsector del turismo ha visto desaparecer 5.254 plazas, un 8,3 por ciento menos, hasta las 69.520, si bien es cierto que los establecimientos han crecido en 94 (un 5,3 por ciento), con 1.840 registrados.
Sin embargo, al contrario que a los hoteles, en las casas rurales el número de reservas no solo no ha disminuido, sino que incluso ha aumentado, aunque casi siempre en las mismas, si bien las pernoctaciones “han ido a la baja”. En este sentido, Rodríguez lamentó que en los puentes de 3 y 4 noches, las reservas se quedan en solo dos, “casi nunca es completo”, como se apreció “de forma palpable en Los Santos”. Ante el largo puente de diciembre, en el que el 6 y el 8 son festivos y caen en martes y miércoles, respectivamente, hasta el momento “se están reservando dos ó tres noches como mucho”, y ello tiene repercusiones “importantes”.
En Ávila, por ejemplo, continúan acercándose viajeros de turismo rural porque se han mantenido los precios, pero se han añadido servicios que ya se prestaban, como la inclusión de los desayunos, la oferta de paquetes de actividades junto con el alojamiento o la reducción en el precio de las actividades.
Ajustes
Por ello, Rodríguez abogó por “ajustes” en el sector del turismo rural en Castilla y León, porque el hecho de que la región se líder en este ámbito “ha dado lugar a que mucha gente se haya visto atraído por un negocio relativamente fácil, y ahora se ha complicado”. “Las ayudas públicas prácticamente ya no existen, pero la burbuja inmobiliaria también alcanzó a los pueblos y se rehabilitaron casas particulares con fondos públicos o semipúblicos, y esa fue una de las razones por las que aumentó el número de establecimientos”, subrayó.
Por último, el presidente de Acaltur manifestó que de ese liderazgo solo se aprovechan los alojamientos “muy profesionales, aquellos que invierten en promoción y que buscan cauces de comunicación en redes sociales e internet, y para eso hay que gastarse dinero”, algo a lo que muchos propietarios de establecimientos rurales “no están dispuestos y que pensaban que los clientes les caerían del cielo”. “Hay que ir a buscarlos con propiedad”, concluyó.
Falta de especialización
En Salamanca, una de las provincias de la Comunidad con importante relevancia en el sector, el presidente de la Asociación Charra de Turismo Rural, José González, explicó que se ha incrementado “notablemente” el número de establecimientos. Cada vez son más los emprendedores que deciden “arreglar” una casa heredada en un entorno rural o su propio hogar para convertirla en un negocio, motivados en estos casos por una inversión inicial mínima, por lo que la competencia aumenta y “se cae” en una falta de especialización.
Esta Asociación engloba a más de una treintena de establecimientos de la Sierra de Francia, Béjar, zona de Entresierras, Campo Charro y Alba-Guijuelo, lugares turísticos que, a pesar de estar consolidados como importantes destinos de interior, han visto como el número de reservas fluctuaba en función de la situación económica. Asimismo, sostuvo que durante los fines de semana, puentes y periodos vacacionales cortos, el número de reservas se ha mantenido constante y cuando han notado la bajada de la demanda ha sido sobre todo en el resto de temporada.
Reducción de gasto del cliente
Desde la Asociación de Turismo de Montaña de León apuntan a un “pequeño” incremento registrado en el número de visitas. Sin embargo, se ha reducido el gasto de los turistas en servicios añadidos y la duración de la estancia, frente al aumento “en exceso” del número de camas, lo que hace que el porcentaje de ocupación haya disminuido. Esto ha provocado que haya “muchísimas casas vacías”, ya que se ha subvencionado la creación de nuevos alojamientos cuando “no hay mercado”, lo que ha llevado a muchos emprendedores “al fracaso”.
La formación y la calidad son dos de los métodos por los que se apuesta desde esta Asociación para mejorar la competitividad, ya que la “lucha desesperada” por conseguir reservas ha provocado una “espiral peligrosa” a la hora de bajar los precios. El objetivo debería centrarse en ofrecer, por el mismo importe, un servicio “mejor”, algo para lo que la profesionalización es “necesaria”.
Ahí las administraciones jugarían un papel muy importante, teniendo en cuenta la “carencia” existente en internet, donde muchos propietarios tienen dificultades, además de que la Junta se estima que debería de hacer una apuesta “más firme” por la central de reservas. De hecho, se ha solicitado la incorporación del turismo rural, tanto en el catálogo de ocio de las personas mayores como de los paquetes de ocio joven, algo que ya se lleva a cabo en Galicia o Extremadura.
Líder nacional
Ávila lidera las clasificaciones nacionales en número de establecimientos y se encuentra a la cabeza, en las estadísticas, en viajeros que se alojan en las casas de turismo rural. La explosión de este tipo de alojamientos que se vivió entre 2004 y 2006, sin embargo, ha disminuido en los dos últimos años, según afirma la Red Casas de Gredos, que acoge a cerca del 50 por ciento de estos establecimientos. Solo esa cifra aglutina a unos 300 establecimientos, según apunta la gerente de la red, Elena Barrero, teniendo en cuenta que, aunque continúan con la apertura de casas de turismo rural, “la crisis se ha notado y ya no es como cuando el boom”, una época en la que “podía abrirse diariamente un establecimiento durante todo el año”.
Desde Casas de Gredos son críticos con las cifras que se ofrecen de viajeros en la provincia de Ávila. A su juicio, “no es cierto que estén aumentando”, pues la crisis “ha afectado”, además de provocar que cambien las preferencias de los clientes, de manera que “antes, los puentes de cuatro días eran los preferidos”, mientras que, “ahora, lo son los de tres”.
De la misma opinión son en la Asociación de Turismo Rural del Valle del Tiétar, ya que su presidente, Mariano Fernández, sostiene que el número de viajeros ha disminuido, en lo que va de año un 35 por ciento en comparación con el año pasado, y que en 2010 ya se experimentó un descenso del 30. “Abrir ahora una casa rural es un error”, argumenta, ya que la crisis afecta y “hay muchísima oferta en comparación con el descenso de la demanda”.
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