La lluvia, tan buena para
los campos de Peromingo, impidió este sábado la celebración del día grande de la fiesta de San Antón en la localidad, que había reservado para el fin de semana los actos principales de esta
fiesta.
El coro del
municipio participó en la eucaristía, presidida por el
párroco Gustavo Mardones y que contaba con la presencia de los mayordomos Juan
García Gómez y Magdalena Martín Blanco, acompañados de toda su familia y de
numerosos vecinos de la localidad.
No faltó, eso
sí, la lectura y declamación de varias poesías y dedicatorias al santo, cuya
imagen presidió la eucaristía junto al altar. Por
no haber, no había ni animales que
bendecir, aunque al final, llegó uno, Aquiles, un perro que recibió la
bendición casi personalizada. El párroco,
don Gustavo, daba por buena la jornada ya que sí hubo oportunidad de bendecir a
algunos animales, entre ellos un burro, un perro y unos peluches el pasado 17
de enero; una jornada marcada por las buenas temperaturas y la ausencia de
lluvia, lo que permitió la celebración de la procesión.
La localidad cerró
sus fiestas por la noche con el baile en el centro social, al resguardo del mal
tiempo.
Al final siempre tiene que acudir Aquiles para salvarlo todo.
ResponderEliminarAquiles nos acerca las bendiciones, nos induce al baile y puede llegar a resolver el panorama. Ojalá Aquiles nos socorriera de tanto desaguisado.
Un abrazo.
Francesc Cornadó