Fotografías : SalamancaRTV |
Fuegos,
castañas y vino se dieron cita para honrar el Día de Difuntos en la Plaza de
Sanchotello, a la que acudieron el pasado viernes 1 de noviembre numerosos
vecinos para perpetuar un año más esta ancestral tradición de los calbotes o
castañas asadas.
Aunque
bien es cierto que las celebraciones de este día tan especial se iniciaron en
la víspera, con un Halloween muy especial, en el que los niños, disfrazados con
trajes terroríficos, recorrieron las calles llamando a los “asustados” vecinos
del municipio. Aunque en esta ocasión, y sentando un precioso precedente, los
pequeños monstruos solicitaron un “truco o trato” fuera de lo común. En lugar
de exigir caramelos, golosinas o chucherías solicitaron alimentos, bienes de
primera necesidad para ser donados al Banco de Alimentos a través de la Fundación
José Artesano de Béjar.
Por supuesto,
y como recompensa al esfuerzo, hubo chocolate caliente para todos las
esforzadas “almas errantes”.
Al día siguiente, y con el frío de noviembre ya
cayendo como se conoce por estos lugares, las llamas dieron razón oscura a casi
cien kilos de castañas que fueron repartidas entre los asistentes y regada con
vino de la tierra. El prendido de la hoguera “gastronómica” tuvo lugar hacia
las seis de la tarde de modo que ya anochecido los “calboteros” pudieron dar
rienda suelta a la gula del manjar del otoño; fiesta que continuó por la noche
con fiestas especiales, algo más paganas, en los bares de la localidad.
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