A pesar de la lluvia, el frío y el viento los vecinos de Pinedas,
pequeño pueblo a caballo entre la Sierra de Béjar y la de Francia, rindieron su
pequeño tributo a San Blas. A resguardo de la bonita iglesia parroquial
consagrada en honor a la Virgen de las Nieves, los feligreses realizaron la
liturgia junto al patrón de invierno, San Blas, en una emotiva ceremonia a la
que, según parece, no quiso faltar la Señora de las Nieves dando blanco aliento
y devoto recogimiento a los devotos pinedanos.
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