lunes, 24 de febrero de 2014

Una matanza a dos carrillos en Cepeda de la Sierra

Fotografía : Matilde Benítez Martín
Por tercer año consecutivo los vecinos de Cepeda, en la Sierra de Francia, honraron a las viejas tradiciones y al oficio que tanta hambre quitó en el pasado a las gentes de estas tierras. El pasado sábado 22 de febrero los cepeanos celebraron su Fiesta de la Matanza Tradicional, una jornada festiva en la que el cerdo, la gastronomía de la tierra y el buen ambiente fueron los protagonistas de la jornada.
A primera hora de la matanza se llevaba a cabo el sacrificio del cerdo y todo el proceso matancero que lo acompaña. Sin faltar por supuesto el “aliño” habitual con que los abuelos celebraban este día, el riego del aguardiente y las dulces perrunillas a las que los niños acudían prestos y de las cuales los mayores de hoy guardan tan buen recuerdo. Recuerdo de antaño que también fue figurado en los colores con los que lo algunas mujeres se ataviaron, sacando de los arcones los preciosos trajes típicos de la Sierra.
A mediodía se realizó una comida popular a base de sangre frita, chicharros, sopa de matanza y patatas con costilla (patatas para las que no faltaron manos que, como en cuartel militar, se dispusieron a pelar las mismas)
Por la noche, y para no dejar al estómago en renuncio nocturno, se pudo disfrutar de una parrillada de carne de cerdo asada.


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