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Crónica y fotografías : CASAMAR - LA GACETA DE SALAMANCA |
En la soleada mañana de este domingo muchos
turistas en La Alberca se toparon con la impresionante imagen de cerca de un
centenar de hombres con capa charra y negros sombreros serranos. La estampa
correspondía a una de las tradiciones religiosas más arraigadas en la localidad
de la Sierra de Francia, la fiesta en honor al Cristo del Sudor.
La procesión de los cofrades se realizó en la zona
aledaña a la iglesia de la Asunción. Los cofrades son sólo 33, aludiendo a la
edad de Cristo el resto son "aspirantes" a cofrades. Así lo manda la
tradición que se cree que nació en el pueblo en el año 1685.
El sobrio programa de la fiesta comenzó con la
caminata de los cofrades ataviados con las capas charras y los sombreros
negros. En profundo silencio acompañados por la gaita y el tamboril acuden a la
iglesia donde se oficia una misa pero encabezada por la capilla del Cristo del
Sudor, situada en el brazo derecho del templo. Los cofrades portan velas
durante gran parte de los oficios y al terminar se disponen a realizar la misma
caminata que termina en la casa del abad, situada frente a la iglesia
parroquial.
El Cristo venerado esconde una leyenda que cuenta
que en 1665, una mujer que peregrinaba a la Peña de Francia, entró en la
iglesia de La Alberca a rezar, y se arrodilló ante el altar del Cristo, viendo
en ese momento que sudaba sangre.
Decenas
de turistas y grupos que se encontraban en el pueblo serrano asistieron
asombrados a la imponente procesión religiosa e incluso a la misa que llenó por
completo el templo albercano. La localidad mostró una vez más su arraigo al
pasado.
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