jueves, 11 de septiembre de 2014

El “Día del Toro” cierra unas fiestas para el recuerdo en Miranda del Castañar

Fotografías : MARIO SÁNCHEZ
El pasado martes el “Día del Toro” cerraba las fiestas patronales en Miranda del Castañar, una festividad que un año se ha convertido en un evento multitudinario en el que no ha faltado detalle. Tras rendir culto a la tradición en la imponente “noche de los candiles” y realizar el siempre devoto y colorido ofertorio a la Virgen de la Cuesta, una de las joyas etnográficas de la Sierra de Francia, los eventos taurinos coparon el último día de festejos.
La magnífica plaza de toros de Miranda, que no es otra que la plaza “de diario” vestida para la ocasión y custodiada por el imponente castillo de la localidad, acogió el festejo taurino en el que ofrecieron su arte el torero José Ignacio Rodríguez y el novillero manchego Mario Sotos que lidiaron tres astados de la ganadería del Puerto de San Lorenzo. 
Faena dispar para ambos matadores, con triunfo para Rodríguez gracias al trabajo sobre el último toro, al que consiguió cortar dos orejas, abriendo la puerta grande, en este caso más metafórica que real, y teniendo un gesto muy aplaudido por el público que abarrotó los tendidos, vallados y escaleras de mano. Rodríguez entregó uno de los apéndices a su compañero de faena saliendo ambos, novillero y torero, a hombros entre el alborozo general.
El miércoles, aunque oficialmente aun día festivo, puede considerarse de “recogida”, con el desmontaje popular de la plaza y el reparto de la carne del toro para los socios de la Asociación Amigos de Miranda, cuyos miembros organizaron la cena de despedida de estas fiestas que tienen un sabor especial, pues saben a roble y barrica vieja, que es el sabor que recuerdan los paladares.


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