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Fotografías : Ángel Gutiérrez Sillero |
Dicen en Valero, y seguramente nos les falta razón, que el verano no
acaba hasta que se le quita el “corsé” al arroyo de las Quilamas. El pasado 26
de septiembre, Martín y Ángel, operarios del Ayuntamiento de la localidad, acopiaban
fuerzas y calorías para darse el último chapuzón del año y retirar los tablones
que a modo de compuerta embalsan el río de Valero para formar la piscina
natural, uno de los grandes reclamos de la Comarca y visitado cada verano por
miles de turistas.
Con la retirada de los tablones de la piscina se deja libre el curso
del arroyo Quilamas evitando las posibles crecidas (gran peligro en esta época
de lluvias y en los tiempos primaverales del deshielo) provocadas por el cieno
acumulado en el fondo.
Una labor
de “armas tomar” y más con las bajas temperaturas que ha traído este inicio de
otoño.
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