lunes, 6 de abril de 2015

"Queremos que nuestra mayordomía anime a los jóvenes a continuar con la tradición"

ENTRESIERRASrd | Entrevistamos a la familia García, Mayordomos del Santo Cristo del Socorro en Fuenterroble de Salvatierra
Jornada grande, festiva y tradicional, la que vivirán en el día de hoy los vecinos de Fuenterroble de Salvatierra. El Santo Cristo del Socorro tiene en este lunes su día grande, con la subasta de los 'huevos del Cristo', una curiosidad etnológica que el municipio de Entresierras guarda con celo, como un auténtico tesoro.
Fiesta con sabor especial, además, pues hacía tres años que el Cristo del Socorro no podía presumir de 'mayordomos' para guardar su tradición. Hacía ya unos años, como decimos, que el propio Ayuntamiento asumía la mayordomía para respetar los actos litúrgicos y festivos. Pero en esta ocasión ha sido diferente.
Nacho y Juani y sus hijas Estela y Lidia han querido tomar las riendas de la tradición, asumiendo con alegría la Mayordomía del Santo Cristo del Socorro. Durante estos días, con las horas grandes que se celebrarán esta tarde, los cuatro mayordomos de la familia García se están multiplicando para que no falte detalle.
¿De dónde viene la tradición de esta subasta tan peculiar?
Es una tradición ancestral que ha traspasado las generaciones. Se cuenta que antaño una vecina de Fuenterroble, cuyo hijo estaba muy enfermo, ofreció al Cristo del Socorro lo único que tenía para comer, unos huevos. Aquel acto de piedad y devoción caló hondo entre los vecinos que decidieron continuar con la costumbre.
¿Cómo decidisteis asumir la Mayordomía?
Para nosotros es un orgullo. Hace ya varios años que no se ofrecían mayordomos y el Ayuntamiento ha de asumir el cargo para que la fiesta continúe. Hace un año, el tiempo que ocupa la mayordomía, lo decidimos casi sin pensarlo. Pidieron voluntarios para servir al Cristo del Socorro y, tras meditarlo en familia, decidimos los cuatro asumir este honor.
¿En qué consiste la labor del mayordomo?
Básicamente en servir al Cristo del Socorro y a nuestros vecinos. Durante el último año somos los encargados de limpiar y ordenar su ermita, de pulir cada detalle y por supuesto de organizar la fiesta, y especialmente, la 'Subasta de los Huevos'. Recogemos los huevos que ofrendan los vecinos y los cocemos. Este año hemos recogido 308 docenas, una barbaridad. Además hemos de acudir a los actos litúrgicos de Semana Santa que preceden a esta fiesta y cuidar de que las imágenes salgan en perfectas condiciones. Es un año de mucho trabajo y de muchas emociones a partes iguales.
¿Hay grandes diferencias entre la fiesta de hace unos años y la actual?
La fiesta es la misma pero las motivaciones son diferentes, especialmente entre distintas generaciones. Yo aún recuerdo la emoción que nos embargaba cuando hace décadas, siendo niños, nuestros padres nos enviaban con la ofrenda de huevos en la cesta para entregarla los días antes de la subasta a los mayordomos de aquel año. Íbamos encantados porque sabíamos que ellos nos cambiarían la ofrenda por dulces y caramelos.
¿Animarían a otras familias o personas a ser mayordomos el año próximo?
Sin duda. Nuestra intención al asumir el cargo este año era intentar, de algún modo con nuestro esfuerzo, trabajo y devoción, que nuestra mayordomía anime a los jóvenes a continuar con la tradición. Pues esta fiesta va más allá de un acto religioso, de una creencia; forma parte de nuestras raíces y de nuestra forma de ser como pueblo.
Nacho, Juani, Estela y Lidia trabajarán incansables durante todo el día de hoy, fiesta grande del Cristo de Fuenterroble, para que nada falle en esta entrañable fiesta de la comarca. A partir de las 12:00 h. se oficiará la misa con la posterior procesión del Cristo por las calles del pueblo, a la que continuará el convite ofrecido por los propios Mayordomos. Esta tarde, a partir de las 17:00 h, tendrá lugar el curioso acto de la bendición de los huevos y la posterior subasta. En el momento de realizar la entrevista ya se habían ofrendado y cocido 308 docenas de huevos. Aquella buena mujer que hace siglos realizó este humilde gesto nunca hubiera imaginado hasta donde llegaría su ocurrencia.

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