miércoles, 22 de julio de 2015

La iglesia de Mogarraz inaugura su nuevo Viacrucis

ENTRESIERRASrd | La obra ha sido realizada por el artista asturiano Favila y donada por el vecino local Agustín de Luis Criado
El pasado 12 de julio la iglesia parroquial de Mogarraz inauguró el nuevo Viacrucis que ya alumbra los muros de este añejo templo de la Sierra de Francia. Tras la Eucaristía dominical, con la cruz procesional y las velas, los asistentes procedieron al descubrimiento de las quince nuevas estaciones del viacrucis para ser presentadas en público.

En palabras de Esteban Díaz, párroco de la comunidad, "en ese momento recordamos el significado esencial de los objetos de culto cristianos, que son un medio para el encuentro personal con Jesucristo. De nada serviría atesorar estupendas obras de arte en las celebraciones de la iglesia si no son un instrumento, un canal para dejar aflorar los hondos sentimientos de la experiencia creyente"
Tomó entonces la palabra Visitación Cascón Puerto, Catedrática de Geografía, Historia y Arte, en el IES “El Brocense” de Cáceres, y mogarreña, que quiso recordar de los muros de la iglesia de la localidad "han colgado imágenes de tres Viacrucis en distintos momentos".
El primero y más antiguo, ya desaparecido, estaba compuesto por catorce pequeñas cruces de madera, con numeración romana. El segundo Viacrucis, y que se mantuvo hasta hace unos días, fue regalado en el año 1940 por Alfonso Herrera Cascón, con el primer sueldo de su recién estrenado trabajo de médico. Estas 14 láminas han sido limpiadas y oportunamente serán colocadas en un nuevo emplazamiento "para incentivo de la feligresía".
El tercero es este presente Viacrucis inaugurado hace 10 días. La obra es un regalo de Agustín de Luis Criado, quien ha desarrollado gran parte de su vida fuera de Mogarraz, pero nunca se ha olvidado del pueblo que lo vio nacer, y continúa colaborando con sus paisanos y la parroquia.
El autor de esta obra es Amado Favila González, pintor y escultor asturiano, nacido en Grado (Asturias). Es autor de numerosas esculturas y obras pictóricas, esparcidas por toda la geografía española. Y vinculado también a Mogarraz: para esta iglesia pintó el cuadro del Papa San Juan Pablo II, y en el verano del año 2002 fue pregonero de la fiesta de la Virgen de las Nieves, patrona de nuestra localidad serrana.
Hacia el final del acto, tomó la palabra el autor, Favila, quien agradeció a los presentes su acogida, y las reiteradas muestras de agradecimiento por la obra entregada a la Parroquia.
Inmediatamente después el autor, ayudado por miembros de las parroquia, desvelaron las estaciones cubiertas con bellas telas serranas. Así mostraron al grupo reunido los trazos limpios, sueltos y decididos de las 15 interpretaciones del clásico viacrucis diseñadas por Favila. Son 15 tablas de 48 X 60 con un fondo purpurina ocre, 4 volutas decorativas en cada esquina, donde destacan las escenas en un encuadramiento ojival, con pintura acrílica, predominando rojos y sienas.
Para acabar, Esteban Díaz, Administrador Parroquial, invitó a todos a sintetizar esta presentación dominical, orando juntos con las palabras de Jesús y elevando a los cielos del templo la invocación del Padre Nuestro.
"Ojalá nuestro templo parroquial no solo albergue esta estupenda iconografía de la Pasión de Jesús en su interior", continúa Esteban. "Ojalá quienes contemplamos y meditamos los relatos de la Pasión podamos adentrarnos en la experiencia de sabernos salvados y amados, y obremos así con quienes rodean nuestra vida"
El 'Camino de la Cruz'
Viacrucis significa “Camino de la Cruz”. El Viacrucis es el recorrido que hizo Cristo durante la Pasión, desde el Pretorio de Pilato hasta el monte Calvario, y luego desde que fue clavado en la Cruz y murió, hasta que fue colocado, cadáver, en el sepulcro. El origen del Viacrucis se remonta a los primeros cristianos de Jerusalén, como consecuencia natural e inmediata del recuerdo de la Pasión de Cristo. Estos cristianos recorrían los lugares relacionados con la Pasión y muerte de Cristo. El número de cristianos que transitan estos lugares va en aumento cuando el emperador romano Constantino el Grande, por el Edicto de Milán, en el año 313, concede la libertad a los cristianos de su imperio. De esta manera las peregrinaciones de cristianos a Los Santos Lugares crecen y afianzan nuevas formas rituales de devoción.
Con motivo de las Cruzadas, en los siglos XI al XIII, se manifestó aún más la devoción hacia los Santos Lugares, donde se habían vivido los mencionados episodios de la Pasión de Cristo, Salvador Nuestro. Los cruzados no se contentaron con venerar esos lugares santos, sino que traen a sus respectivos países la idea de realizar algo parecido a lo que habían vivido y obrado en Jerusalén. De ahí que surgieran en muchos países de Europa los llamados “Calvarios”, que en el siglo XVI se empezarán a llamar Viacrucis. Los cristianos europeos manifestaban así su fervor y amor a la Pasión de Cristo.
Probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa. Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocencio XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias para que fuera rezado en sus propias iglesias según la forma acostumbrada.
En el siglo XX diversos autores han añadido a las catorce estaciones, una más, la Resurrección de Cristo. Favila ha recogido para el ya viacrucis mogarreño esta decimoquinta estación, con la que culmina en vida y plenitud, la Pasión y muerte Cristo.
Las Estaciones de la Cruz se pueden recorrer y meditar con gran beneficio todo el año y son especialmente significativas durante la Cuaresma, tiempo que prepara a la Pascua de Jesucristo. En nuestras retinas están frescas las imágenes que recuerdan cómo cada Viernes Santo el Papa dirige las Estaciones de la Cruz desde el Coliseo en Roma para recordar a los mártires y así estimular nuestro seguimiento de los pasos del Salvador.



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