jueves, 6 de agosto de 2015

Como conseguir la eternidad desde la humildad

ENTRESIERRASrd | Cientos de personas se reúnen en Puerto de Béjar para recordar y homenajear a Antonio Sánchez Sastre, tío Tete, fallecido hace unos meses
Cientos de personas quisieron recordar el pasado sábado a uno de los personajes ilustres de Puerto de Béjar. Antonio Sánchez Sastre, tío Tete, querido vecino del municipio fallecido hace unos meses recibió el homenaje que sus amigos y vecinos venían preparando desde principios de año.

El rincón lateral de la iglesia ya luce el monolito en homenaje a este personaje que ya quedará por siempre en la memoria del pueblo, porque ha salido del propio pueblo, movilizado desde diferentes sectores para recaudar fondos y conseguir erigir este recuerdo que ya será eterno.
Un alma limpia y luminosa
"El rumor  que cruzó las calles de nuestro pueblo, cuando este homenaje empezó a tomar forma, allá por el mes de enero, es hoy una feliz realidad de la que todos estamos gozando", comentó Antonio Álvarez-Monteserín, uno de los promotores del homenaje. "Por aquí han pasado paisanos y personas muy significativas que hubieran merecido un homenaje, personas que han dejado una huella muy especial no solo en sus familias sino en las gentes del pueblo, personas a las que se guardará un imperecedero recuerdo.
Pero, por lo que fuera, no sabemos por qué, quizá por ese “don especial” que atesoraba Antonio, fue su muerte  la que hizo hablar a la calle, a las redes sociales y al pueblo, reclamando “algo distinto”, y ese es, precisamente, el significado de este emotivo homenaje que estamos viviendo esta tarde bajo este cielo castellano.
Claro que sí, Antonio fue un hombre con un perfil humano muy especial, tal vez “único”; con toda seguridad “irrepetible”. Fue una persona  donde confluían una inmensa retahíla de valores y virtudes, todas ellas encauzadas al servicio de los demás, a dar sin esperar recibir.
Si quisiéramos hacer una síntesis de todas las aportaciones que brindó Antonio a su pueblo de modo altruista, se necesitarían muchos metros de papel, sería imposible.
Sus palabras a medias fueron suplidas por su inmenso corazón, un corazón tan grande que llenaría la profunda hondonada que hay entre Peñanegra y  la Sierra de Francia.
Sus pasos vacilantes fueron suplidos por su firmeza de espíritu en hacer cuantas tareas  el mismo se impuso, siempre a favor de los demás.
Su cuerpo fatigado  albergaba un alma limpia y luminosa, igual que aquellos pedazos de colores que subían a los cielos cada vez que un cohete salía de sus manos y clareaba en la plenitud de la noche.
¡Gracias, Antonio, porque hiciste de tu vida un Poema donde rimaron con luminosa armonía palabras que tú guardabas como tesoro en los más hondo de tu enorme corazón: ternura, alegría, entrega, generosidad, sencillez, bondad, cariño, fiesta, servicio…
Y nosotros, a partir de ahora, cada vez que te miremos, leeremos cada día el Poema de tu vida y estaremos obligados a cumplir  el mensaje  de paz y bondad que nos dejaste escrito en cada rincón del pueblo. Tu tocayo y espléndido poeta, Antonio Colinas, no puede ser más certero cuando, al identificar la Vida de una persona con un Poema, define al Poema como “el fruto que da paz al mundo y a nosotros…”
"Una persona llana y humilde"
Desde el Ayuntamiento de Puerto de Béjar, presentes también en el acto de homenaje, han querido destacar el agradecimiento a Antonio Álvarez-Monteserín y Antolín Gil, los dos grandes promotores, así como el apoyo de todos los vecinos del pueblo que con sus aportaciones económicas totalmente anónimas han hecho posible el acto y el monumento en recuerdo del tío Tete.
"Siempre es bueno destacar", comentó el concejal José María Harguindey, "lo que una persona llana y muy humilde puede llegar a representar y conseguir con la entrega al prójimo y sin buscar ninguna recompensa. Esto demuestra que la fama y el éxito no son exclusiva de personalidades públicas, genios y mentes privilegiadas".




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