ENTRESIERRASrd | Este
domingo fallecía Basilio Zósino, el tamborilero de Colmenar de Montemayor,
leyenda viva de la comarca
No será el nuevo año (como tendemos a pensar en
nuestras mentes marcadas por los ciclos) sino que será eso mismo, el inexorable
ciclo de la vida, pero siempre es triste tener que dar noticias de
fallecimientos de alguno de nuestros vecinos.
Y más cuando el vecino en cuestión, como es el
caso, se lleva un trocito de la historia de la comarca. Los vecinos de Colmenar
de Montemayor lloran estos días una pérdida irreparable, la de Basilio Zósino
Hernández, el Tamborilero, que hace unas horas fallecía en la localidad alicantina
de Elche.
La vida de Basilio es un homenaje, y un ejemplo,
de la vida dura de la España de principios del siglo XX. También es, al mismo
tiempo, una historia de esperanza y un ejemplo claro de que, más allá de los
recursos económicos, al final es el corazón, la fe en uno mismo y la valentía,
los pilares que mueven el mundo.
Basilio tuvo dos sueños. Aunque uno lo llevó al
segundo. Nacido de una familia con escasos recursos, decidió abandonar la casa
paterna muy joven, dedicándose a cuidar toros a una finca ganadera, aunque su
sueño primero era el de ser torero. En la finca incluso llegó a tentar al
capote a algunos ejemplares. Mientras desempeñaba este trabajo, no olvidaba su
segunda afición, el cante. Y no debía hacerlo mal pues fue aquí donde le
alcanzó el golpe de fortuna. Alguien que "pasaba por allí" le escuchó
cantar y le abrió las puertas al mundo de la canción. El azar quiso que el gran
Juanito Valderrama necesitara personal para su coro y allá se fue el gran
Basilio, el joven aspirante a torero de Colmenar, a recorrer el mundo.
Estuvo varios años de gira con el mítico
cantante y la vida no le fue mal. Se enamoró de una bailarina venelozana y
tuvieron una niña en el país latinoamericano. Desde allí, con el tiempo,
regresó a Colmenar donde su leyenda fue dando paso a una vida más
"mundana". Eso sí, nunca abandonó su pasión por la música
convirtiéndose en el tamborilero colmenarejo por excelencia y llevando la
alegría de las notas charras a las fiestas y eventos más diversos.
Hace dos años el Ayuntamiento de Colmenar de
Montemayor rindió homenaje a
Basilio, junto a otros dos vecinos, por ser los más longevos del pueblo. Y
Basilio, ni corto ni perezoso, vital como siempre lo fue, agradeció el homenaje
de sus vecinos como mejor sabía. Tocando la flauta para todos.
Para él, para su familia y amigos, para todo el
pueblo de Colmenar, este homenaje a una historia de la comarca.
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