ENTRESIERRASrd | "Utilizábamos un solo libro, la famosa Enciclopedia Álvarez que
contenía todas las asignaturas y cuyas últimas ediciones eran en color"
© José
Hidalgo García (a través de Pueblo Las Veguillas) Nuestra escuela, en Las
Veguillas de los 60, era un edificio amplio dentro de un entorno natural lleno
de pájaros, árboles forestales y frutales, varios chopos altos por el centro,
un gran campo de deportes y un pluviómetro que por entonces instalaron en una
esquina para medir las precipitaciones.
Había
dos entradas anchas con muros de ladrillo frente a cada escuela; y una oficina
que el Secretario D. Ricardo utilizaba. También existían inconvenientes; igual
que casi todas las escuelas, no tenía calefacción y en los días más fríos de
invierno había que dejar el abrigo encima o alguna vez utilizar una braserilla
que colocábamos bajo el pupitre. En los pupitres había un tintero de china
blanco para escribir, hasta que llegaron los conocidos bolígrafos BIC.
Utilizábamos un solo libro, la famosa Enciclopedia ÁLVAREZ que contenía todas
las asignaturas y cuyas últimas ediciones eran en color. Nuestros queridos
maestros eran D. Eugenio y Dª Bernarda, grandes personas de los que aprendimos
muchas cosas.
Acostumbraba
D. Eugenio con cierta frecuencia a escribir una carta a su entonces novia, y
que luego nos pedía llevar al buzón de correos. Un día fui a llevar la carta
personalmente y frente a la iglesia, junto a la fila de casas adosadas había un
regato entonces sin alcantarillar, por el que en época de lluvias corría el
agua rápidamente. En un descuido la carta cayó al agua y empezó a deslizarse
regato abajo. Me precipité unos metros detrás de ella para evitar que entrara
en la zona alcantarillada, cerca de la tienda del Sr. Matías, y conseguí
recuperarla.
Pero
aquí empezó el problema. Al contacto con el agua la tinta se había extendido y
la dirección aparecía muy borrosa. El dilema era qué hacer con la carta ya que
casi era ilegible. Finalmente para cumplir el mandato y resolver el conflicto
decidí enviarla; atravesé la plaza, me dirigí a casa del Sr. César 'El Correo'
y la eché en el buzón del portalillo de su casa.
Nunca
supe si la carta en cuestión llegó a su destino o no. Intuía que sí porque no
se me preguntó por ella posteriormente, y lógicamente, por mi parte no di
explicación de los avatares de aquella carta desde que fue escrita hasta llegar
al buzón.
¿TE GUSTA?
No hay comentarios:
Publicar un comentario