ENTRESIERRASrd | Una
mirada a Antonio Reyes, pregonero de Colmenar de Montemayor, resistencia de un
oficio que da sus últimos coletazos
Yo empiezo siempre por 'orden del
señor alcalde' y termino con 'colorín colorado este pregón se ha acabado'
En Colmenar de Montemayor, municipio de 200
habitantes, el último pregonero siente tristeza por como nuestros pueblos y
tradiciones languidecen, y mueren por este inevitable cáncer profesional, que
es también alzhéimer social. JAVIER RADA-20MINUTOS.es
"Yo con esto de los bandos voy de un barrio
a otro, los echo, a veces varios, en cada sitio. Colmenar es un pueblo largo, y
hay gente que me los pide expresamente, como cuando vienen a vender en el
mercadillo, o si han perdido algo.
Empiezo siempre por 'orden del señor
alcalde' y termino con 'colorín colorado este pregón se ha acabado y el
alguacil con su permiso se va para otro barrio', y eso gusta", explica
Antonio Reyes, de 53 años, uno de los últimos pregoneros de España.
Este alguacil no quiere irse a otro lado. Está
dolido por el lento declinar de los oficios (los queseros, ganaderos,
agricultores...), por la caída espectral de los huertos- "ahora casi todo
son tierras baldías"-, el éxodo intermitente hacia las ciudades- "ya
no quedan jóvenes aquí". Un microholocausto que sacude los pueblos
españoles. Cuando calla un pregonero es como la muerte de una abeja reina:
signo de que todo un ecosistema tradicional peligra...
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