ENTRESIERRASrd | La
localidad del Alto Tormes se vuelca un año más con la fiesta grande en honor a
la Virgen del Monte
Al ritmo de la dulzaina, y con un ojo en los
cielos (en toda la magnitud de la expresión), los vecinos de Bercimuelle
honraron este sábado a su patrona, la Virgen del Monte. Festividad grande, más
allá de multitudes que en este pequeño municipio del Alto Tormes celebran con
devoción marcando en rojo esta fecha (siempre la más cercana a la Virgen de
Fátima y San Mateo) para volver a rendir tributo a la tradición propia y
reencontrarse con el pueblo, o lo que es lo mismo, con la familia y amigos, una
vez al año.
Una jornada amenazada por la lluvia pero que,
finalmente, seguramente por deseo vivo y expreso de los presentes, tuvo a bien
respetar los protocolos básicos para que la Patrona pudiera salir en procesión
sin inclemencias. No obstante, y por si las nubes, la misa solemne tuvo lugar
en la iglesia parroquial, en lugar de la ermita, momento de intimidad bien
cuidado por los mayordomos de este año, Evelia, como Hermana Mayor, y Gorgonio,
Luqui y Justo, Guillermina y Antonio y Marisa y Manuel, cuatro parejas como "cuatro
soles" que cuidaron de que no faltara detalle ni protocolo: escapularios,
varas, Cruz de Guía de la Cofradía… y sacerdote llegado desde Guijuelo (que
hasta en esto viene el tamaño del pueblo a tener palabra).
Tras la misa y la procesión, la actividad vía
convite se trasladó a las antiguas Escuelas, por gracias y obra de la Cofradía
de Nuestra Señora del Monte y el Ayuntamiento de la localidad (es pedanía de
Puente del Congosto).
"Ha sido una jornada maravillosa",
comenta Marisa Sánchez, una de las mayordomas. " La misa y la procesión,
como siempre, un momento entrañable, de hermandad, y el convite otro momento de
unión entre los que aún resisten en el pueblo y los que tuvieron que irse hace
años pero que vuelven siempre, más allá de la fe en nuestra Virgen, este día
para hacer pueblo".
Pocas oportunidades, fiesta grande, tiene el
pequeño municipio de Bercimuelle para reunir a los polluelos. La siguiente, ya
en el jubiloso verano, traerá los festejos estivales que abren la senda a la
siguiente cita, el 21 de septiembre, para honrar a San Mateo.
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