ENTRESIERRASrd | Las
artesanas, llegadas desde diferentes puntos de la geografía nacional, mostraron
su saber ante los numerosos curiosos que se acercaron hasta la Plaza de la
Constitución
La Plaza de la Constitución de Guijuelo se
convertía este sábado en un inmenso escaparate en el que las mujeres exponían
al público sus trabajos y su forma de trabajar. Sentadas alrededor de varias
mesas, las bolilleras no han dudado en explicar sus trabajos a los numerosos
curiosos que han acudido hasta el lugar ávidos de conocer trabajos y técnicas
de esta ancestral artesanía.
Un encuentro de encajeras llegadas desde diferentes rincones de Castilla y León, La Mancha, Madrid o Extremadura, el cuarto en la villa chacinera, que puso color y saber a la jornada sabatina y que contó con la presencia de buena parte del equipo de gobierno municipal, cuyo alcalde, Francisco Julián Ramos, no dudó en alabar “la valentía” del único varón que, procedente de Tudela, participaba en el encuentro. “Es muy bueno para la memoria y para la agilidad”, explicaba el momentáneo protagonista.
Un encuentro de encajeras llegadas desde diferentes rincones de Castilla y León, La Mancha, Madrid o Extremadura, el cuarto en la villa chacinera, que puso color y saber a la jornada sabatina y que contó con la presencia de buena parte del equipo de gobierno municipal, cuyo alcalde, Francisco Julián Ramos, no dudó en alabar “la valentía” del único varón que, procedente de Tudela, participaba en el encuentro. “Es muy bueno para la memoria y para la agilidad”, explicaba el momentáneo protagonista.
Desde guantes, a sombrillas, bolsos, mantillas,
abanicos, medias, y piezas de ropa como chaquetas o capas, se pudieron ver en
una muestra que retoma los encuentros. “Estamos muy agradecidas al Ayuntamiento
por apoyar este tipo de eventos”, apuntaba Angelita Díaz Gil, organizadora del
encuentro, quien recalcó que, a pesar de ser una labor muy apreciada, en muchos
casos no obtiene el reconocimiento institucional que merece.
Tras la exhibición, las participantes se
retiraron para celebrar una comida de hermandad en la que se llevó a cabo un
sorteo de productos típicos, y tras ello, una visita al Museo de la Industria
Chacinera, que puso el punto y final a la jornada.
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