ENTRESIERRASrd | Una
mirada a la tienda sobre ruedas de Serafín, 'Carrefour ambulante' de la Sierra
de Francia
© Atanasio Sánchez- Pataloso Mi amiga María me cuenta
en un correo que el sábado fue a Carrefour con su madre y allí se encontraron
una amiga de un pueblo de Toledo, y su madre le dijo a la amiga "en
Cereceda tenemos una especie de Carrefour ambulante".
Seguramente, a la medida de las pequeñas cosas
de nuestro pueblo, el nombre publicitario es el más acertado para la furgoneta
de Serafín "el de Villanueva". Así hablaba el vendedor ambulante para
el Libro de Fiestas de Cereceda.
"Yo iba a vender a Cereceda cuando tenía
doce o trece años acompañando a mi padre. A los dieciocho o los diecinueve años
ya iba yo solo. Me presentaré. Me llamo Serafín Robles Martín y tengo cincuenta
y dos años. Cuarenta años con una furgoneta por las calles de Cereceda. Tengo
un comercio y un almacén de frutas en Villanueva. Ahora voy todos los viernes a
las cinco o las seis de la tarde, y en verano también voy los martes. Llueva,
nieve o haga sol, yo visito el pueblo todas las semanas, menos la semana de las
Fiestas de mi pueblo, Villanueva del Conde.
Si entro "por abajo" que dice la
gente, la primera parada es "a la puerta del cura". Aquí hay siempre
más gente que en las otras dos paradas. La segunda parada es a la puerta de Sagrario,
y la tercera a la puerta del bar, bueno enfrente, donde vive Asun. Como
curiosidad diré que cuando aparco la furgoneta en esa parada, se quedan sin
wifi en la casa. En invierno paro a la puerta de Aurora. Es un servicio "a
domicilio". Cuando entro "por arriba" la primera parada es a la
puerta de Paca, en la plaza.
Mi camión es una tienda de pueblo, una tienda de
ultramarinos, y, como tengo cámara frigorífica, llevo también carne. El peso lo
llevo en la furgoneta, y todas las mujeres se fían de mí. El pago es al contado
y en dinero. Nunca nadie me ha dejado a deber nada. Las mujeres de Cereceda son
muy buenas amigas mías, y la gente agradece que yo vaya una vez por semana.
Cuando oyen la bocina se ponen contentas, y en invierno o cuando hay poca gente
en el pueblo, charlan un rato alrededor de mi furgoneta.
Yo me entero de todo lo que pasa en el pueblo y
siempre que hay un funeral me gusta acudir.
Yo soy uno más del pueblo pues de joven ya iba con mi furgoneta blanca, cuando no había
coches en Cereceda, a recoger a mis amigos, Santos, Paco, Jose Mari,
Juanito...y nos íbamos a las fiestas de Tamames, de La Alberca o de Sequeros.
Eso sí, ninguna moza de Cereceda me quiso, y, por eso, fui a buscar novia a
Navarredonda.
En Agosto el pueblo despierta y tengo cola en
las tres paradas…"
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