ENTRESIERRASrd | De la
mano de Alberto Paredes, una mirada a los campos de trigo, que en esta época
tiñen de rubio la llanura de Salamanca
Mares de espigas forjándose al sol,
de fruto doblegan…
al viento preñadas de amor ondulan
al son de un repique,
junto al calor de la fragua, notas
alegres tañidas con mimo,
esparcidas al aire, encendidas
pavesas, regadas en sudor,
recuerdan zambras morunas, curtidas
en piel de viejo tambor.
De sol a sol, de luz a luz, cada día
de cada estación la fragua arde,
siempre igual, ton, ton, ton… la
misma canción el campo escucha,
a golpe de puño labrada, su letra a
fuego impresa en el yunque quedó,
palabras al rojo avivadas, de sangre
teñidas, ¡cuántas veces olvidadas!
Listas en la bigornia aguzadas
están, hacer quieren entrada triunfal,
guadañas, hoces refulgentes, metales
forjados bruñidos al sol.
Unas tras otras altivas hacia los
campos vienen y van, olas de la mar,
un lienzo lleno de aroma, un cielo
azul de tendal, arropan cada ilusión.
La mies espera inquieta el vaivén,
reflejos de surcos en su tremolar,
ansiosa aguarda la espera, serranos,
gente bravía, venida del ultramar.
Mudo quedó el repique del yunque,
apagó la fragua su sed en soledad,
los campos esperan dolidos, mares
sin tempestad, sosegado amanecer.
Siempre les cuentan lo mismo, ton,
ton, ton, les cantan la misma canción,
¿dónde partieron aquellas notas,
qué, un día tocara el viejo tambor?
'Notas del viejo
tambor'
ALBERTO PAREDES
Las pinturas son
obra de Pilar Madruga
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