martes, 2 de agosto de 2016

Vela y no duermas…

"En la capilla hacía el hombre parada y fonda, tomaba uso de los reclinatorios y frente al pequeño crucifijo oraba con piedad, los cirios convertidos en piedra del Lera, buscando consuelo a su soledad. Nigra sum, sed fermosa. 

Luego volvía en sí y tomando nuevamente el candil reanudaba su marcha para salir al exterior y buscar con la mirada el risco de la Peña, entre la penumbra, allá en lo alto como la corona ceñida de un reino imaginario. La noche se había vuelto de un raso conmovedor, ojo de tormenta de un invierno batallador y la silueta recortada de la Peña contra el cielo le hacía recordar su largo viaje hasta allí. Sin embargo la sensación de soledad se acrecentaba día a día, a pesar de aquella voz de mujer que internamente, a cada momento, le animaba a continuar, Simón, vela y no duermas, a velar por desvelar los Secretos…"

Historia y Leyenda de la Peña de Francia

Fotografía : Marcos Arriba






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