lunes, 13 de febrero de 2017

De Guijuelo a Jabugo

ENTRESIERRASrd | Una mirada a la historia de Jamones Benito, empresa familiar con orígenes en Santibáñez de Béjar y que se ha instalado en las dos cunas del jamón ibérico en la Península
"Los hermanos Anselmo y Jesús Benito salieron de su pueblo natal, Santibáñez de Béjar, con solo 13 años para labrarse un futuro. Tras una fase como comerciantes de productos de Guijuelo, que vendían en la provincia de Sevilla, decidieron establecerse en Arahal donde en 1956 fundaron su empresa.

Jamones Benito, dirigida por el hijo y sobrino de aquellos pioneros, ha duplicado negocio en los últimos cuatro años y ya factura cerca de 40 millones de euros. Emplea a 65 trabajadores de forma directa y a otros 35 indirectos. Junto a sus dos fábricas de Arahal, tiene plantas y secaderos en Jabugo, Castaño del Robledo y Guijuelo"
HOY.es La resaca de la crisis del porcino ibérico está desembocando en una fuerte concentración del sector en manos de grandes grupos de alimentación. En medio de esta vorágine, la empresa sevillana Jamones Benito ha logrado, no solo subsistir, sino multiplicar su tamaño, con una estrategia tenaz como fabricante y distribuidor de referencia para el comercio minorista, supermercados medianos, restaurantes y bares. Su visión ha sido también situarse en los grandes enclaves del ibérico para absorber la cuota de mercado de competidores que han desaparecido del mercado.
"No todo el mundo pudo aguantar la caída de precios", señala Juan Luis Benito, que forma parte de la segunda generación, ya al frente del negocio, de esta empresa familiar, que tiene una historia singular de esfuerzo y recompensa.
En 1956 decidieron asentarse en Arahal y fundaron su empresa, Jamones Benito. «Visitaban a los clientes en bicicleta y en moto, hasta que el negocio fue creciendo y empezaron a transportar los pedidos en camiones. Desde el principio se traían los jamones frescos desde Guijuelo y los salaban aquí, en Arahal», explica Juan Luis Benito.
La empresa factura actualmente 40 millones de euros, el doble que hace cuatro años, y llega al 90% del mercado nacional. En los últimos años, coincidiendo con la fase más dura de la crisis del porcino, Jamones Benito ha comprado dos instalaciones: la fábrica y el secadero de la firma Juan Macías en Jabugo y una factoría en Guijuelo, que se suman a su central de Arahal y a la planta del Castaño del Robledo, también en la Sierra de Huelva. LEER ARTÍCULO COMPLETO

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