Galinduste vuelve a ofrecer una jornada "al son del tamboril"

ENTRESIERRASrd | La organización espera batir récord de folkloristas y de público en un encuentro para disfrutar de la música de la tierra

Galinduste acogerá este sábado, 1 de abril, la cuarta edición del encuentro folklórico 'Al son del tamboril', una iniciativa que con el paso de los años se ha consolidado como una de las citas ineludibles para los amantes de la música charra en la provincia de Salamanca.

Una jornada que este año espera batir todos los récords. Con 55 tamborileros y una decena de acordeonistas ya confirmados, y otros tantos pendientes de confirmar, la cita galindustense ha iniciado la cuenta atrás para una jornada de sonidos tradicionales que arrancará a las 12:00 h. con el recibimiento a los folkloristas a base de aguardiente y perronillas y el primer baile en la Plaza.

Acto seguido, y mientras las brasas van dando sabor a la carne asada, se realizará un pequeño recorrido por el pueblo. "Este año se ha modificado un poco", comentan desde la organización, "porque hemos partido los tres puntos de encuentro en dos por la mañana que serían el Reloj y la Iglesia y el tercero se deja para la tarde, en nuestro famoso Caño, para que todo el mundo pueda disfrutar de lo bonito que lo dejó el Ayuntamiento volviendo a dar luz a los lavaderos enterrados durante años".

Durante el pasacalles se ofrecerá sangría, vino, aguardiente y dulces a los participantes, para calentar los bailes improvisados de quienes quieran unirse a la fiesta.

"En la comida se ofrecerá el agape que han llevado las buenas gentes del pueblo en su colaboración y la carne asada, así como toda  aquella comida que voluntariamente nos traigan los tamborileros y acompañantes. Esta es la novedad de otros años, debido a la gran cantidad de gente que va a venir, hemos solicitado la colaboración también de los tamborileros, voluntaria por supuesto, para no abusar del buen hacer de las gentes del pueblo, el año pasado alguno ya nos trajo comida"

Después de comer vuelta a la música y al baile y visita, como decimos, al histórico Caño, para seguir disfrutando allí, y posteriormente en el pabellón, de una jornada tradicional y en la mejor compañía "hasta que el cuerpo aguante".