ENTRESIERRASrd | Una
mirada a uno de esos genios silenciosos que trabajan en las sombras de la comarca
Hay manos que arreglan grifos, otras que
levantan muros. Otras simplemente escriben. O aplauden el genio ajeno. También
hay otras que componen. Como las de Javier Pérez Morato, de Los Santos, que se
define con demasiada humildad como "escultor aficionado".
Las manos de Javier tienen el don de dar vida a
la piedra, como los canteros medievales que labraron fustes y capiteles a golpe
de creatividad. Su genio, el del artista escondido que en otras ocasiones
decidimos sacar de su silencio para deslumbrar las páginas de este Cuaderno. El
silencio del metal contra la piedra. De las manos que dan vida a lo que no la
tiene.
Porque Javier, aunque ni siquiera él lo sepa, es
heredero del milenario oficio de los canteros. De los creadores de Santos. Él
con sus manos, a golpe de promesa, talló en granito la imagen de la Virgen del
Gozo, patrona del municipio salmantino de Los Santos, que puede admirarse a la
entrada de la ermita.
Y él, a golpe de nueva promesa, lleva cincelando
años su nueva obra, su nuevo regalo al pueblo donde creció y vivió.
Al nuevo gigante de piedra, al nuevo San
Bartolo, patrón masculino de la localidad, ya solo le falta aquel golpe del
maestro por el que, mirándose mutuamente a los ojos, proclama aquello de:
"Ahora, habla".
De la piedra en bruto, del bloque de granito de
2x0,80,0,80 que pesaba 6 toneladas, queda al aire el alma de la creación. En
breve, cuando el transporte lo permita (se comprende que este gigante requiere
de especial movilidad), será colocado y entronizado en la Plaza de la Iglesia
de Los Santos. Presidiendo en piedra a su hermano en carne de madera dentro de
la iglesia.
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