ENTRESIERRASrd | El
proyecto del Searcher MK III 7J, conocido ahora como "Rapaz", depende
del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de Valencia
De los cielos de Afganistán a los de El Bierzo.
Si desde 2008 a 2013 el avión remotamente tripulado «Searcher MK III J» era
utilizado por el Ejército para advertir posibles ataques talibanes en la zona
de Herat, este verano lo hará por primera vez para detectar incendios en España.
Sobre todo en una zona de 200 kilómetros cuadrados muy frecuentada por la
actividad de pirómanos en los últimos años. En esa área los fuegos
intencionados superan el 70 por ciento.
Tal como informa el diario ABC, el uso del Rapaz
–este es ahora su mote militar– en la lucha contra el fuego es pionero y es
producto de un acuerdo alcanzado por el Ministerio de Defensa y la Consejería
de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. En virtud de lo
ratificado, todos los días unos 30 militares del Grupo de Obtención por
Sistemas Aéreos (Grosa) manipulan, pilotan y recopilan información e imágenes
desde el aeródromo civil de Pajares de los Oteros (León). La actividad del dron
alcanza un radio de 200 kilómetros desde esta zona de despegue próxima a la
capital leonesa.
«Nuestra principal misión es la vigilancia
forestal de una zona donde los últimos años se han sucedido incendios
provocados en la zona del Bierzo», explica el teniente coronel Jesús Ángel del
Barrio, jefe del Grosa, una unidad creada en octubre de 2015 y dependiente del Cuartel
General Terrestre de Alta Disponibilidad, con sede en Bétera (Valencia). Su
lema es: «En el cielo desde Tierra».
Desde el 15 de julio se ha activado este
operativo militar en el Bierzo, habiendo intervenido ya en cinco incendios: dos
en los que advirtió del inicio del fuego y otros tres a los que acudió para
recabar información adicional útil para los equipos de extinción de incendios.
Hasta el 15 de septiembre volará sobre un
espacio aéreo previamente segregado, a 5 kilómetros de altura, permitiendo así
el vuelo de otros medios de extinción de incendios.
«La detección de las columnas de humo es nuestro
gran objetivo. Solemos volar por puntos programados y atendiendo a unas pautas
que nos son dadas por el centro autonómico de mando de la Consejería de Fomento
y Medio Ambiente castellano y leonesa», añade el teniente coronel Del Barrio,
quien participó con este dron en la misión militar en Afganistán. «Allí el
objetivo era salvar vidas».
El avión detecta posibles puntos de calor y
envía sus coordenadas a los servicios de prevención de la Junta para lograr que
el fuego se quede en un conato; o bien se le proporcionan las coordenadas de
incendios ya detectados para su vigilancia o para hacer labores de
perimetración. LEER ARTÍCULO COMPLETO
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