ENTRESIERRASrd | Ángel Rufino de Haro ha vuelto a cumplir
con la tradición de subir a lo más alto de la Catedral de Salamanca, desde
donde ha pedido "paz y concordia" en España
En la víspera del Día de Todos
los Santos, 'El Mariquelo' ha iniciado el ascenso pasadas las 11.30 horas y, en
varios momentos, ha tomado la palabra para pedir por distintas personas que le
han acompañado en su compromiso con las raíces charras, así como por entidades
que "ayudan a la sociedad" como Asprodes o el Centro de Referencia
Estatal del Alzheimer.
Y, tras coger el micrófono
desde la terraza de la Plaza de Anaya y desde el reloj, ha sido en el balcón de
la campana más alta cuando ha soltado las palomas, como símbolo de paz, donde
se ha acordado de la situación política y también de la situación en el campo,
que afronta la dureza de la sequía. Posteriormente, una vez ya de nuevo a los
pies del templo, ha continuado con una jornada llena de bailes tradicionales y
de paseos a caballo, a la que ha sumado, como novedad, la interpretación de dos
temas musicales junto al cantante salmantino de country 'Inblauk'.
El músico, acompañado también
por su caballo, ha agradecido a 'El Mariquelo' que le haya permitido
acompañarle y del que ha dicho que es "único". En cuanto a la
pregunta de si, en el futuro, él puede tomar el testigo de mantener la
tradición, 'Inblauk' ha respondido que no, pues "tiene que ser alguien más
metido en la tradición y que tenga menos miedo a las alturas".
Por este motivo, el cantante ha
vaticinado que a Ángel Rufino de Haro "le va a costar" encontrar
sucesor cuando llegue el momento, ya que, en su condición de 'Mariquelo', está
llevando adelante una tradición de manera "única".
Tradición
Como cada año, desde que en
1987 recuperase este acto que se remonta al siglo XVIII, ha estado acompañado
desde primera hora de la mañana por grupos de baile y tamborileros, hasta que a
las 11.30 horas ha iniciado la ascensión.
'El Mariquelo' ha cumplido así por trigésimo
primera vez así con este acto que trata de "mantener la tradición y la
identidad salmantina", que, por motivos de seguridad impuestos por el
Cabildo desde hace unos años, ha tenido limitado el ascenso y no ha llegado,
como antes, hasta lo más alto de la Torre de las Campanas escalando por el
exterior.
Terremoto
En 1987, este conocido
tamborilero recuperó esta tradición de ascender a las alturas del templo, una acción
que comenzó con el terremoto de Lisboa en 1755 -temblor que se dejó sentir en
Salamanca y que provocó importantes daños materiales-. Desde ese momento, la
familia relojera conocida como la de 'los mariquelos', subía cada año, el 31 de
octubre, los 365 escalones de la torre para comprobar si las grietas del
templo, provocadas por el terremoto, iban creciendo o se mantenían igual sin
mayores riesgos. Y, al mantenerse sin cambios, el 'Mariquelo' que subía daba
las gracias, una actuación que con el tiempo se perdió y que hace 31 años
recuperó Ángel Rufino, quien repite cada año esta acción desde lo alto del
templo.
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