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Viajamos hoy hasta un lugar humilde donde mana la historia de Salamanca: el
nacimiento del río Tormes
Desde
Gredos, espalda de Castilla, / rodando, Tormes, sobre tu dehesa / pasas
brezando el sueño de Teresa / junto á Alba la ducal dormida villa. MIGUEL DE
UNAMUNO
Camino del Duero, en aquel lugar de
desembocadura que la sapiencia popular bautizó como 'Ambasaguas', el Tormes va
delineando paisajes, entre escarpes y llanos, entre mares de Santa Teresa,
lazarillos y espejos catedralicios
La imagen del Tormes a su paso por Salamanca es
arquetipo de la unión de un pueblo con su río. Pero en sus cerca de 300 kilómetros
viajaremos hoy al cero, al punto de partida. Dice el poeta que para conocer la
corriente que nos lleva es indispensable conocer de donde viene.
Así que este vital 1 de noviembre viajamos hasta
las Fuentes del Tormes. Hasta la fuente, mejor dicho, un humilde manantial que
en el corazón de Gredos apenas da para asimilar lo que aquel hilo de agua pueda
llegar a convertirse.
Porque el Tormes es hijo de la Sierra Central,
ahijado de un pequeño municipio como Navarredonda de Gredos, donde la
Naturaleza tiene el don de la oportunidad.
Allí nace el gran río salmantino, olvidado a
veces río abulense, en el agujero (poco más le define) de la Fuente Tormella,
abierto en un prado humilde (que llaman del Tormejón), como no podía ser de
otra manera.
Porque ya se sabe que las cosas humildes, las
nacidas en simple pesebre, suelen devenir en cosas extraordinarias.
Vaya para el Tormes que dio y da la vida, esta
mirada de un cualquiera Día de Difuntos.
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