jueves, 27 de septiembre de 2018

La lluvia y el calor atraen a una plaga de hormigas voladoras


ENTRESIERRASrd | La tormenta de ayer y las buenas temperaturas han ocasionado un incremento de estos insectos inofensivos que hoy se pueden ver por multitud de lugares de la comarca
La tormenta de ayer y las altas temperaturas de hoy son los principales causantes de que buena parte de la coamrca haya amanecido gran cantidad de las conocidas como ‘hormigas voladoras’.

No es la primera vez, tal como apuntan desde el Ayuntamiento de Guijuelo, aunque su presencia siempre causa cierta sorpresa. Paredes de color blanco y el suelo se han convertido en los lugares en los que mejor se pueden apreciar la gran cantidad de estos insectos que hoy ocupan la localidad.
Las hormigas voladoras que aparecen cada año coincidiendo con la llegada del otoño son inofensivas y desaparecen en unos días. “Pertenecen al género Messor y en Andalucía se llaman alúas, por ser aladas”, explican algunos expertos.
Salen a las calles durante estas fechas del calendario por dos razones. Una de ellas es que son insectos que se alimentan básicamente de grano y es al final del verano cuando las plantas que han germinado en primavera se secan. “Por eso, cuando estas hormigas disponen de una gran fuente de energía, tras unas semanas atiborrándose a semillas, salen a procrear. Tras aparearse caen al suelo”, indican.
La segunda de las causas que apuntan expertos es la relacionada con una combinación de lluvia y temperaturas elevadas: “Tras un par de días de lluvia, el suelo se blandea y estos animales pueden excavar. Las hormigas reinas que han conseguido procrear buscan un sitio en el que cavar y poner sus huevos. Además, no depende solo de que haya llovido, sino de que haga sol y cierto calor. Por eso es más común verlas por la tarde que por la mañana, cuando las temperaturas son más bajas”, aseguran indicando que las hormigas macho “mueren a los 2 o 3 días de aparearse”, mientras que las hembras “pierden sus alas y se encaminan a zonas cercanas a los árboles para excavar. Allí pasan el invierno y nacen las crías. Su mortalidad es igualmente alta, porque sufren ataques de varias especies de hongos, coches o peatones las pisan o se convierten en la comida de otros animales”.


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