ENTRESIERRASrd | Nos acercamos hoy a las trabas que
sufren los diabéticos que aspiran a la función pública desde un ejemplo
ilustrativo de Puebla de San Medel
Alberto Sánchez es un
joven de Puebla de San Medel, pequeño municipio de Entresierras. que
inicialmente estudió Gestión y Administración de Empresas y como le gusta el
saber después cursó Ciencias Políticas. Por este último estudio optó por
dedicarse a la administración pública en lugar de hacerlo a la empresa privada.
Se preparó y opositó a funcionario de prisiones.
Habían salido 600
vacantes y en un primer examen quedó en el lugar 438. No pudo continuar con la
oposición porque hace un par de años su páncreas dejó de funcionar
adecuadamente y desde entonces sufre diabetes (que hoy tiene perfectamente
controlada) y por lo visto esa enfermedad es una causa excluyente para
determinados empleos públicos.
Aunque las estadísticas
varían, el número de diabéticos en España oscila entre los cuatro y los seis
millones de personas. ¿Qué hace el gobierno de España por ellas? Poco o nada.
Alberto expuso su queja
ante el Defensor del Pueblo. La oficina de éste en escrito de 29 de mayo de
2018 le informó de las gestiones que en beneficio de los diabéticos llevaba
haciendo ante las autoridades administrativas y le daba a entender, aunque sin
decirlo así, que “los mandamases pasaban de todo y que no le hacían ni
pu…ñetero caso”
Ante esa desidia, esa
dejadez e incluso ese desprecio por parte de los gobiernos para ese tipo de enfermos
se nos ocurren varias preguntas:
– Si un funcionario
público enferma de diabetes ¿ha de ser despedido? La respuesta es: no, porque
puede seguir desempeñando su función perfectamente. Nueva pregunta: entonces
¿por qué no se le autoriza a Alberto, y a los otros miles de posibles albertos,
a intentar ingresar en la función pública?
– Si un diabético no
puede ejercer determinadas funciones públicas ¿por qué hay diputados y
senadores que padecen ese mal y no se les impide ocupar dichos empleos? Acaso
sea porque para ser diputado y peón de cualquier cosa no hace falta
cualificación profesional alguna.
– Otra pregunta: si a
los diabéticos se les impide ejercer algunas funciones públicas ¿de que
vivirán? ¿de la mendicidad? ¿tendrán que hacerse inmigrantes subsaharianos para
recibir ayuda estatal? O puede que lo mejor para ellos sea hacerse politiqueros
(profesionales de la política). | DOMINGO DOMENÉ – EL CORREO DE POZUELO |
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