sábado, 23 de febrero de 2019

El zapatero


ENTRESIERRASrd | Una mirada a otro de los oficios que va difuminándose en la lejanía de aquellos tiempos

“Al tío Pedro, zapatero de Los Santos, custodio de los andares de Entresierras”
No había pueblo que no tuviese uno. O dos, si había demografía para marcar bien el paso. Que en esto, como en todo oficio, cada cual, del suyo, presume ser el mejor.

El zapatero es otro de esos oficios que se va perdiendo a fuerza de talón y modernidad. Porque, en estos tiempos de obsolescencia programada, se gasta suela a ritmo que se compra nueva y así se van llenando arcas y arcones de calzado para cada ocasión.
Pero antaño la vida no llegaba para gastar zapato a jornada. Y en esas se hacía indispensable la paciencia y la maña del zapatero, que era arquitecto de pies y salvaguarda de juanetes. Botas a medida, charoles para el crío que va a hacer la comunión, zapatos de buen andar para que se lleve el muerto a la tumba (por si hiciera falta tal).
También en esto tenía voz, palabra y encargo el dinero de cada cual. Que si no lo había, o había que ajustarlo a otros menesteres, si no llegaba la moneda para un par de zapatos nuevos, también se les podía “echar la suela”, o el tacón o pegarle un cosido al lado que se hubiera estrujado.
De los zapatos, como de botica, había de todo tipo, para diferentes dolores y andares. Y hasta el material que le daba cuerda tenía preferencias, que en ocasiones se vieron zapatos “de la piel del churro matao en casa”, que, insistimos, era cuestión de mañana del zapatero, que bien los curtía y los cosía a conciencia.
Y si había que echar la suela o el tacón, ese sí, se buscaba material de calidad que “desgastase el suelo”, por si los bailes de diario, que esos, a fuerza de cortejar, “comían mucha suela”.
Así que por la casa del zapatero, como por la del cura, el yerbatero, el alcalde y el secretario, también pasaba procesión del día a día. A preguntar precios, a tomar medida de casco, a reclamar el encargo… “Tío Pedro… ya me tiene los zapatos”. “No hija no ma dao tiempo, vente mañana”…


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