domingo, 24 de noviembre de 2013

Por nuestros montes

Todos los otoños acudo a la Honfría de Linares, ese prodigio tan cercano que nos regaló la naturaleza. Sus colores ahora son sencillamente indescriptibles, salvo el rojo brillante de las bayas de los abundantes acebos. Recuerdo siempre el asombro con que descubrió ese bosque y sus centenarios castaños, en los 80, Jaime de Armiñán „al fin Goya de Honor 2013„, y la luz del inenarrable crepúsculo en los transparentes y atónitos ojos de Teo Escamilla, el director de fotografía de "El nido", alguna de cuyas escenas decidieron rodar allí. La Honfría no tiene nada que envidiar, en belleza y colorido otoñal, por poner tres ejemplos de nuestra cubierta vegetal que he conocido recientemente, al sabinar de Calatañazor, al hayedo de Tejera Negra o „salvo por su extensión„, al formidable Bosque de Irati, que es la segunda masa forestal de Europa. Quien pudiera aún intrincarse por sus trochas y senderos. 
Pero antes de llegar a Linares, con su hospitalario y eficiente alcalde, está Endrinal, el pueblo de amigos como el catedrático Alberto Navarro, q.e.p.d., y el buen civilista Mariano Alonso. Allí además viven Toño "Maninas", "El Meño" y otros antiguos clientes, que quiero volver a abrazar, que nos vamos haciendo viejos. Pepe "Racha" me indica donde está Agustín, renovamos nuestro antañón afecto y me cuenta orgulloso una caminata al alba hasta Tamames, la compra de doscientas ovejas y el regreso con el hato, carretera adelante.



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