Les voy a contar una historia;
una historia en la que pierden los buenos.
Érase una vez un grupo de jóvenes (la edad no importa), jóvenes que viven en el mundo rural, no usamos los términos en sentido descalificativo o hiriente, sino desde la posición de que algunos no entienden el término “Pueblo” o al menos no lo utilizan más que como un eufemismo.
Érase una vez un grupo de jóvenes (la edad no importa), jóvenes que viven en el mundo rural, no usamos los términos en sentido descalificativo o hiriente, sino desde la posición de que algunos no entienden el término “Pueblo” o al menos no lo utilizan más que como un eufemismo.
“De pueblo”, sí, con una seria
problemática que casi nadie se atreve a decir a viva voz; solo las entidades y
los agentes que trabajan y viven en los pueblos.
Bajo nivel de estudios (en muchos
casos escasos o nulos), sin cualificación, consumo masivo de alcohol y drogas, y
lo más importante: la perpetua falta de trabajo que conlleva una baja
autoestima.
Algunos sin Graduado en Educación Secundaria Obligatoria, otros con formación pero sin expectativas en la vida puesto que para poner en marcha un negocio se necesita dinero o financiación, imposible ésta de conseguir sin avales.
El problema de quien narra esta historia es el grado de implicación con este tipo de perfiles siendo no solo coordinador, profesor, sino consejera, amiga y confidente. Hay casos en los que no es importante “enseñar” sino dirigir, mostrar el camino para hacer frente a problemas concretos, algunos problemas en mayúsculas, PROBLEMAS, graves, serios, muy graves.
En algún momento aparece un “hada madrina” en forma de asociación cuyo objetivo es realizar un bien social, una asociación que quiere formarlos y cualificarlos en el sector ecuestre, un mundo relacionado no solo con el sector primario sino también con el terciario.
Se pide en un primer momento el PCPI Auxiliar de Ganadería Productiva y Deportiva (Programa de Cualificación Profesional Inicial); solicitud que la Junta de Castilla y León deniega “por no ser prioritaria para el desarrollo de la comunidad”.
Algunos sin Graduado en Educación Secundaria Obligatoria, otros con formación pero sin expectativas en la vida puesto que para poner en marcha un negocio se necesita dinero o financiación, imposible ésta de conseguir sin avales.
El problema de quien narra esta historia es el grado de implicación con este tipo de perfiles siendo no solo coordinador, profesor, sino consejera, amiga y confidente. Hay casos en los que no es importante “enseñar” sino dirigir, mostrar el camino para hacer frente a problemas concretos, algunos problemas en mayúsculas, PROBLEMAS, graves, serios, muy graves.
En algún momento aparece un “hada madrina” en forma de asociación cuyo objetivo es realizar un bien social, una asociación que quiere formarlos y cualificarlos en el sector ecuestre, un mundo relacionado no solo con el sector primario sino también con el terciario.
Se pide en un primer momento el PCPI Auxiliar de Ganadería Productiva y Deportiva (Programa de Cualificación Profesional Inicial); solicitud que la Junta de Castilla y León deniega “por no ser prioritaria para el desarrollo de la comunidad”.
¿Y qué es prioritario entonces? ¿Qué
es prioritario para el desarrollo en una comunidad en la que su economía está
basada en la agricultura y la ganadería?
Por supuesto… lo
prioritario es desarrollar los programas de formación en las capitales de
provincia. Enseñar y formar en la rama administrativa, carpintería, estética… o
quizás, lo más cercano a nuestro sector, la formación impartida en los últimos
años para Auxiliares de Viveros y Jardines.
Por supuesto, todos oficios
necesarios, no lo ponemos en duda, pero ¿qué pasa con la otra formación? Qué
ocurre con ese perfil de primeras trasformaciones agrarias y el de ganadería; una
lucha perdida de antemano, pues los alumnos/as del medio rural no podían ni
tenían recursos para trasladarse a la ciudad además de la masificación en
perfiles que no les interesaban.
Al no ser aprobado el PCPI se
solicita desde nuestra Asociación a una entidad que gestiona dinero público el
curso de formación, se desarrolla con éxito de asistencia y de alumnado desde
enero hasta marzo del año 2012, con una subvención justificada de 20559€ para
formar a 18 chicos/as, con asistencia diaria y con una respuesta por parte de
los alumnos increíble. De todos es sabido que el caballo actúa no solo como
terapeuta para problemas de movilidad sino también como terapeuta de gente con
problemas sociales.
El “hada madrina”
puso el dinero para que se desarrollara el programa y no solo eso sino que para
no perder el interés de estos jóvenes realizó otros cursos con el mismo éxito.
Aun así, a día de hoy, en febrero
de 2014, seguimos a la espera de recibir la cantidad justificada desde abril
del 2012. Un PROBLEMA en mayúsculas porque en una inversión de 20559€ se tiene
5000€ a día de hoy de gastos.
Por si no fuera poco los proyectos que se deberían subvencionar por orden de certificación eran los siguientes
Pelayos Club Nautico 97000€
Hnos Tejedor 250000€
Ecus Guijuelo 20559€
Comercial Anaya 45000€.
Lo triste es que se han pagado los importes a los proyectos por detrás del nuestro y mientras que nosotros seguimos a la espera, mientras se nos amenaza con que estemos callados.
Por si no fuera poco los proyectos que se deberían subvencionar por orden de certificación eran los siguientes
Pelayos Club Nautico 97000€
Hnos Tejedor 250000€
Ecus Guijuelo 20559€
Comercial Anaya 45000€.
Lo triste es que se han pagado los importes a los proyectos por detrás del nuestro y mientras que nosotros seguimos a la espera, mientras se nos amenaza con que estemos callados.
¿Es esto la justicia, la democracia
y la libertad?
Es una auténtica lástima que una
vez que se consigue que un grupo de jóvenes “rurales” estén formados, tengan
ilusión por algo y se comprometan a realizar un proyecto serio de desarrollo
rural y que no estén pensando que son un desastre, todo quede en agua de
borrajas.
Se llega a la triste conclusión de que los técnicos, gerentes, políticos todos aquellos que están detrás de la mesa no les importa ni el desarrollo rural ni el bienestar social de la gente. Para ellos son números que en algunos casos hay que maquillar y en otros casos de éxito duplicar y publicitar.
Si alguien realiza un serio estudio de lo que está pasando en el medio rural se dará cuenta de lo que pasa.
Se llega a la triste conclusión de que los técnicos, gerentes, políticos todos aquellos que están detrás de la mesa no les importa ni el desarrollo rural ni el bienestar social de la gente. Para ellos son números que en algunos casos hay que maquillar y en otros casos de éxito duplicar y publicitar.
Si alguien realiza un serio estudio de lo que está pasando en el medio rural se dará cuenta de lo que pasa.
Pero yo les pido que pongan
nombres a esos números, porque detrás de cada número que ustedes no tienen en
cuenta o de cada expediente hay una historia real y dolorosa en algunos casos y
con éxito otras (las que menos)
Esperamos que esta historia mueva conciencias
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