Noticia : M.J.Gutiérrez-El Norte de Castilla Fotografías : Consuelo MG |
Los hornazos de San Esteban de la Sierra se
distinguen por tener forma semicircular, estar rellenos con trozos grandes de
embutido, y ser decorados con flores y otros dibujos
elaborados con la misma masa con la que se hacen.
Lo que
los niños aprenden en este taller, de manos de sus madres y abuelas,
principalmente, que son las que las acompañan, es a realizar los adornos y a
trabajar la masa.
Así, dos o tres miembros de la asociación se encargan de dar a cada niño un trozo de masa, con la que tras estirarla con un rodillo tienen que hacer los distintos adornos y lo hacen divirtiéndose, como si estuvieran jugando con plastilina.
Así, dos o tres miembros de la asociación se encargan de dar a cada niño un trozo de masa, con la que tras estirarla con un rodillo tienen que hacer los distintos adornos y lo hacen divirtiéndose, como si estuvieran jugando con plastilina.
Después,
las madres o las personas que les acompañan son las que realizan el hornazo
propiamente dicho, es decir, hacen la tapa inferior del hornazo, sobre la que
ponen el embutido con el que es rellenado e incluso un huevo cocido, en algunos
casos, y después lo tapan con otro trozo de masa, sobre la que los niños se
encargan de poner las flores, hojas, ramas, animales u otros adornos que han
realizado. «Son ellos los que decoran los hornazos a su gusto», explica una de
las madres. Una vez realizados los hornazos, cada niño se lo lleva para casa,
donde son untados con huevo para darle brillo y después metidos al horno, para
llevar a cabo su cocción.
Por la tarde, muchos de los participantes quisieron
mostrar cómo habían quedado los hornazos y se reunieron en el salón del
Ayuntamiento para hacer una exposición, tras la cual, más de uno tuvo una
suculenta merienda, ya que no dudaron en comérselo esa misma tarde.
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