ENTRESIERRASrd | La agrupación exige a las
Administraciones “cultura, sensibilidad y presupuesto”
La Plataforma en Defensa del Bosque de Béjar, jardín
renacentista único en España y joya histórica de la comarca, ha publicado una ‘foto
denuncia’ en la que pone el punto de mira en el deterioro y falta de cuidados
que sufren los jardines.
Según los miembros de la agrupación “el pobre aspecto que
presenta la terraza del jardín principal de El Bosque y otras partes de la
villa demuestra que el mantenimiento es insuficiente y manifiestamente
mejorable, por lo que desde la Plataforma se emplaza a sus titulares
(Ayuntamiento de Béjar y Junta de Castilla y León) a invertir adecuadamente en
su cuidado, mejorando la plantilla de jardineros y los recursos materiales
destinados al BIC, de acuerdo con su valor cultural y en cumplimiento de sus
responsabilidades legales”
La Plataforma, mediante un comunicado, ha querido explicar
que las áreas ajardinadas en El Bosque fueron mucho más extensas que las que
hoy podemos observar, un hecho bien documentado que “sin duda espantará a
nuestros timoratos representantes políticos, incapaces de garantizar el
mantenimiento de las exiguas superficies actuales dedicadas al bello arte del
jardín”.
“Sin embargo, lo que para ellos es temible gasto público, a
nuestros vecinos portugueses o franceses les parecería una excelente
oportunidad para mejorar los atractivos locales: cuestión de cultura,
sensibilidad y presupuesto”
La imagen más antigua que se conserva de estos jardines es
tardía (la Vista de Béjar de Ventura Lirios, de 1726-1727), aunque la sencilla
geometría de los setos pintados entonces por el artista veronés, tan distinta
de la complicada jardinería barroca a base de parterres de broderie (todavía de
moda en aquellos años), permite suponer que apenas habían sufrido cambios desde
su trazado en el siglo XVI: un jardín rectangular de unos 50 x 70 m, cuatripartito,
ordenado por dos calles ortogonales con lo que parece un pequeño estanque
circular en el centro y paseos perimetrales en torno, y en cuyos cuadros
resultantes se repetía un esquema similar –con variaciones– en torno a una
fuente (cuatro en total, de las que se conservan dos, una de ellas in situ y
otra en el patio de una casa de la Plaza Mayor bejarana).
Como es sabido, estos antiguos jardines fueron alterados a
partir de 1869 por el nuevo propietario, Cipriano Rodríguez Arias, que
introdujo un diseño romántico a base de setos curvos y altas coníferas , entre
otras especies, como se documenta en un plano de 1871. Una versión degradada de
aquel jardín decimonónico es la que ahora sufre “las miserias presupuestarias
de quienes tienen la obligación de cuidarlo”. También se aprecia en el cuadro
el doble arriate de la “Huerta de los Bojes”, situada en la terraza intermedia
bajo el dique del estanque, si bien Lirios lo resuelve con un simple borrón
verde que induce a pensar en un jardín con setos en apretado crecimiento cuyo
trazado ya estaba perdido, como se ve en algunos jardines pacegos.
Por falta de espacio no pudo pintar la Huerta baja, situada
en la terraza que sigue en descenso a la del jardín geométrico, sin duda de
parecidas características formales, aunque a base de plantas de naturaleza
hortofrutícola entre el trazado permanente de boj, pues no en vano se documenta
como “potagier” (corrupción del término francés potager) en las primeras
décadas del siglo XVIII. No aparecen tampoco las “huertas de arriba” (bancales
situados por encima de la Exedra y la Rotonda) porque habían sido desmanteladas
pocos años antes, al igual que los emparrados de sus desaparecidas “calles de
celosías” a través del Prado Alto.
Igualmente dejó sin pintar los “arriates del Oriente y
Mediodía” junto al estanque, y que tan torpemente se han pretendido recrear en
la penúltima intervención de 2010, de diseño tan seco y decepcionante como el
estado actual de los setos.
El Bosque tuvo además otros dos jardines que pudieran
considerarse como reservados, al modo de aquellos giardini segretti del
Renacimiento italiano, situados cerca de la casa: uno en la plaza delantera del
Palacete y el otro en la terraza elevada paralela al “paseadero del estanque”
hasta la Fuente de la Sábana. En torno a las huertas y jardines mencionados se
dispusieron áreas de frutales y arboledas con morales y nogales,
principalmente. Recuperar todos estos espacios ajardinados equivale a revivir
el espíritu perdido del lugar, pero no podrá llevarse a cabo sin un buen
proyecto dirigido por un equipo experto en jardines históricos.
Hasta que llegue ese momento, insiste la
Plataforma, las administraciones están obligadas a realizar un mantenimiento
adecuado que hoy por hoy no se está garantizando. “Cultura, sensibilidad y
presupuesto”
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