jueves, 15 de diciembre de 2011

Paseo ornitológico a orillas del Tormes

La fase provincial del proyecto de cooperación interterritorial TRINO (Turismo Rural de Interior y Ornitología) ofrece a partir del mes de septiembre y hasta mayo de 2012 una veintena de rutas guiadas por varias comarcas de la provincia de Salamanca. El proyecto TRINOes un proyecto regional cuyo objetivo es la promoción del turismo ornitológico, una nueva oportunidad de desarrollo para las zonas rurales de Castilla y León.
Dentro de la comarca de Alba de Tormes participa en él Adrecag, que contó con la colaboración de IberiaBird Medioambiente, como guías ornitologicos. También gracias a IberiaBird Medioambiente desde albadetormesaldia.es podemos contar como transcurrió la ruta.

Paseo ornitológico por las orillas del Tormes

Esta nueva excursión de los Paseos Ornitológicos del proyecto TRINO, nos lleva  a las frondosas orillas del río Tormes, a su paso por la monumental ciudad de Alba Tormes. Las islas, barras y orillas cubiertas de un tupido bosque de ribera, acogen durante todo el año  a numerosas especies de aves y a las juguetonas y huidizas nutrias.
En estos días invernales, son las gaviotas, las anátidas y las garzas, las protagonistas de este paseo en busca de nuestra fauna más viajera. Desde los primeros pasos, en el puente de la carretera, pudimos descubrir los ruidosos bandos de azulones y de ánades frisos; cormoranes pendiendo de las ramas de alisos deshojados y solitarias garzas reales medio escondidas entre las cañas y los sauces.

Siguiendo nuestra ruta, fueron apareciendo entre la niebla, otras aves como pollas de agua, pájaros carpinteros y solitarios milanos reales que se asomaban y se escondían entre los espesos bancos de niebla que han cubierto estos días el valle del Tormes.
A la altura de la piscifactoría de Alba, nos encontramos con el espectáculo de las hileras de garzas y gaviotas atentas a capturar a los pequeños, y no tan pequeños, peces que allí crecen. Garzas reales, garcetas grandes y garcetas comunes asomadas en fila india a la espera de algún pececillo que, imprudentemente, se asomaba a la superficie. Vimos además hasta 29 garcetas grandes, ya común en la zona todo el año.
El paso de los minutos llenó nuestros ojos de aleteos, chillidos y picotazos sobre las revueltas aguas. El aumento que estas especies piscívoras han experimentado en los últimos años, y tanto escandaliza a los pescadores humanos, va parejo a la llegada de numerosas especies de peces exóticos que se han extendido como una plaga por nuestros ríos, aniquilando a las originales especies de peces y anfibios. En apenas dos ó tres décadas, nuestro egoísta deseo de pescar especies a la altura de nuestro ego, nos ha llevado a una desquiciada sucesión de introducciones de especies cada vez más agresivas, más grandes, más feroces y que han arrasado, para siempre, con un ecosistema, antaño riquísimo, fruto de millones y millones de años de evolución. Los vertidos de aguas residuales y la sustitución de nuestros valiosos bosques de ribera, por uniformes plantaciones industriales de chopos han hecho el resto.
La segunda parte de nuestro paseo, nos lleva a desandar nuestros pasos y a descubrir nuevos pajarillos que, confiadamente, se posan en los restos talados de lo que fue una antigua chopera. Varias tarabillas comunes, petirrojos, mosquiteros y pinzones vulgares nos permiten comprobar, casi a simple vista, las mil formas, colores y sonidos que la generosa Naturaleza nos ofrece.
Casi al finalizar el recorrido, cientos de gaviotas nos sobrevolaban en su camino de vuelta, desde las zonas de alimentación a sus lugares de descanso. Además pudimos observar una concentración de casi 200 garzas reales, esperando la noche para descansar.
El calor recuperado gracias a un café nos anima a charlar y a compartir recuerdos. La ilusión por ver bandos de grullas y avutardas nos emplaza a encontrarnos en los próximos Paseos Ornitológicos del mes de diciembre.

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