ENTRESIERRASrd | Una
mirada al trágico asesinato de Melquíades Rodríguez, maestro de Colmenar de
Montemayor fusilado en 1936
©
Pedro Sánchez Gómez
Al producirse el levantamiento militar del 18 de julio del 36, Salamanca se
posiciona al lado de los sublevados y de inmediato se inicia la represión
contra todas aquellas personas de ideas republicanas o que se hubieran
significado en contra del golpe militar.
El 8 de Agosto de 1936, al amanecer, llegan a la
Plaza Mayor de Colmenar de Montemayor en una destartalada camioneta, cuatro
ocupantes fuertemente armados y preguntan por don Melquíades, el maestro.
Entran en su casa, situada en dicha plaza
y sin darle tiempo a ponerse los zapatos (pues cuando su mujer intentó
dárselos para que se los pusiera, uno de ellos le espetó con sorna: "no se
preocupe señora, que donde va no los necesita", entre risotadas del
resto) se lo llevan contra su voluntad.
Su cadáver, acribillado a balazos, fue hallado el mismo día en la cuneta del
tramo de carretera que va desde Sotoserrano a La Alberca, en el término
municipal de Herguijuela de la Sierra,
en cuyo cementerio fue enterrado el cuerpo del que habían denominado “el
maestro rojo de Colmenar”.
Como eran tiempos de represión y venganza no se
investigó el asesinato y por tanto no se
encontró a los culpables, aunque todo el mundo sospechaba de sus
autores. En resumen un asesinato por odio ideológico y unos asesinos impunes
que alardeaban de sus “hazañas”.
Don Melquíades había llegado a Colmenar en
septiembre de 1930, aunque ya era conocido en el pueblo por ser hijo del
maestro que anteriormente ocupó plaza, pero se había ausentado un buen número
de años por razones relacionadas con sus estudios.
No tuvo un buen recibimiento por parte de las
autoridades locales ni por los caciques del pueblo que habían presentado ante
la Delegación Provincial de Educación Pública, un escrito en el que ponían objeciones a su nombramiento por,
según decían, “cuestiones relacionadas
con sus ideas políticas”.
Era don Melquiades, además de maestro, diplomado
en avicultura por la Escuela de Avicultura de Areyns de Mar (Barcelona) y autor
de un libro sobre explotaciones avícolas titulado: ¡DESPIERTA LABRADOR!
Libro muy interesante tanto desde el punto de
vista pedagógico como por los
conocimientos sobre avicultura, de tal suerte que el lunes 13 de Abril
de 1931 se publica en el número 103,
página 169 de La Gaceta de Madrid, el equivalente al Boletín Oficial del Estado
actual, la solicitud cursada por D. Melquiades Rodríguez Tocino al Ministerio
de Instrucción Pública y Bellas Artes, para que el libro sea considerado como
libro de lectura en las Escuelas Nacionales y para adultos.
Además de su labor pedagógica, su intención era
la de poner en práctica en Colmenar sus conocimientos sobre avicultura. Para
ello había adquirido una finca junto al cementerio nuevo que sembró de árboles
frutales e instaló una granja avícola, era la “La Granja Amelia” en honor a su
mujer.
La envidia de unos, la cobardía de otros y la
ignorancia de muchos, unido a inquinas personales e intransigencias políticas, acabaron con su vida y quién sabe
si con la prosperidad de un pueblo si sus enseñanzas y conocimientos sobre
avicultura se hubieran llevado a la
práctica.
En 1990, por una Resolución sobre modificación
de Centros, de la Dirección Provincial de Educación de Salamanca, el Centro
Escolar de Colmenar pasó a
denominarse de “Melquíades Rodríguez Tocino”, en honor del
maestro asesinado, luego fue sustituido por el del hoy desaparecido CRA (Centro
Rural Agrupado) Los Bardales.
Lo asesinaron por ser fiel a sus ideas
republicanas, por poner en práctica métodos de enseñanza de acuerdo a la
legalidad vigente, por su talante dialogante y por su talento reconocido.
En Agosto de 2012 el Ayuntamiento dedicó una
placa conmemorativa en las antiguas escuelas en el 76 aniversario de su muerte.
Fue el reconocimiento de todo el pueblo a su memoria y a su obra. A su
inauguración asistieron familiares procedentes de otras provincias. En dicha
placa puede leerse:
“El Ayuntamiento de Colmenar de Montemayor quiere homenajear a D.
Melquiades Rodríguez Tocino, en el 76 aniversario de su fallecimiento por su
dedicación y cariño a los alumnos y vecinos de nuestro pueblo. Agosto 2012”.
No es nuestra intención hurgar en heridas ya
cicatrizadas ni incitar a que afloren sentimientos encontrados, tan solo dar a
conocer el desgraciado y olvidado suceso en su ochenta aniversario.
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