
Aunque la mañana parecía fresca, el calor se fue adueñando de la jornada, acompañando a los más de 200 marchadores, a los que se sumaron muchos vecinos de Sanchotello que, como es costumbre, colaboraron en la elaboración de la comida, una paella para 250 comensales que hizo las delicias de niños y grandes.

Llegados desde Ledrada, desde Béjar, desde el club Sierra de Béjar o desde el club deportivo El Teso de Salamanca, los participantes disfrutaron de los bellos parajes de Sanchotello, entre los que no podían faltar las alturas de Piquitos, desde donde se contempla una bella visión de la localidad y de todo el Valle del Sangusín. Desde allí, regresaron para disfrutar de una comida de convivencia en la zona de los Chorritos, un paraje lleno de pozas y regueros de agua, con menos cantidad que otros años, eso sí, aunque con el mismo frescor de siempre.
Noticia en La Gaceta de Salamanca
No hay comentarios:
Publicar un comentario