Aprovechando la conmemoración del Día de la Bici, que se
celebra hoy, desde Cuaderno de Entresierras queremos mostrar la belleza de
nuestra Comarca vista desde un sillín. Hemos seleccionado algunos reportajes de
viajeros que pedalearon por los caminos de la zona, empezando por la ruta que a
finales del año pasado realizaron los amigos de “Sendas y Caminos”. Aquí podemos ver su crónica y fotografías.
A finales de noviembre realizamos la ruta “Entresierras” que
estaba ubicada en la
Sierra de las Quilamas. Un grupo de abrojos la
organizaron y planearon llegando a la conclusión de que era “light” ya que al
parecer se podía quedar pequeña ya que ésta no llegaba ni a los 40
km así que se decidió que también se podía subir el
Cervero y así darle más entidad a la ruta.
Habíamos quedado a las 8 de la mañana en
el punto de reunión habitual cuando hacemos salidas fuera de Salamanca y poco
antes de las 9 ya estábamos en nuestro destino, Linares de Riofrío. Allí
comenzaba la ruta. Preparamos nuestras bicicletas, tomamos unos cafés de rigor e
iniciamos la cabalgada. Por delante nos esperaban 54
kms de sierra.
Salimos de Linares por una pista ancha y
con facilidad para rodar camino del Pico Cervero. Aunque como he dicho el
camino era cómodo, nada más salir de Linares siempre picaba hacia arriba y
también había llovido hacía poco y aunque no estaba embarrado y apenas había
charcos, el terreno sí estaba muy pesado y costaba avanzar.
Esto último nos
acompañó durante casi toda la mañana e hizo que la ruta fuera más dura si cabe.
Como
voy diciendo cada uno empezó a buscar su ritmo sin agobiarse pues aún faltaba
mucha mañana de pedales y no era plan de caer rendido a las primeras de cambio.
Así poco a poco el “pelotón abrojo” se iba estirando más y más, unos subiendo
más deprisa, otros no tanto pero siempre con decisión entre un bosque de
castaños con tonalidades marrones y caquis y que con las hojas en el suelo
tenía su encanto. Poco a poco la vegetación se iba despejando a medida que
íbamos ganando altura llegando a la parte más dura y también más bonita, una
serie de revueltas que nos conducirían a la cima.
Lo cierto es que el tiempo nos estaba
acompañando a pesar de tener todas las previsiones en nuestra contra, incluso
hubo ratos en los que el sol se dejó ver entre las nubes e hizo posible que
parte de la niebla que en ocasiones hacía acto de presencia se disipara
posibilitando observar unas vistas del valle muy bonitas.
Como he dicho parada técnica para
reponer fuerzas en el puente sobre el río Alagón. Una vez retomamos el camino
nos esperó una subidita con miga aunque no muy larga. Así poco a poco nos
íbamos acercando a Monleón tras un continuo sube y baja como ya he comentado
anteriormente. En Monleón hubo otra escabechina guardada al subir hasta el
castillo y luego paramos a coger agua.
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