viernes, 20 de septiembre de 2013

Comienzan las obras de restauración del Humilladero de San Esteban de la Sierra

Noticia : José Manuel Monforte
La Diócesis de Salamanca ha iniciado los trabajos de reparación, restauración y rehabilitación de la Ermita del Humilladero de la Vera Cruz en San Esteban de la Sierra. Se trata de una obra largamente esperada por los vecinos de este pueblo serrano que con el paso del tiempo podía constatar el deterioro progresivo del templo, sobre todo en su artesonado y cubierta del tejado, que afectaba con humedades tanto a las pinturas religiosas de las paredes como al propio artesonado, cuya madera policromada se encuentra en riesgo de desaparición.
Los trabajos que se van a acometer van encaminados a reparar los daños en dicho artesonado y cambiar la cubierta de teja para protegerlo con solvencia y durabilidad.

Ya el informe histórico-artístico de esta ermita de San Esteban reconocía que este Humilladero debía gozar de una protección esmerada por su interés patrimonial y que “su precario estado de conservación hacía urente una intervención general de consolidación y restauración”.

El informe fue realizado por Antonio Cea Gutiérrez, profesor de Investigación en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales y el Grupo de Investigación ''Antropología del Patrimonio y Culturas Populares''  Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid.



Informe histórico artístico
Ermita del Humilladero de la Vera Cruz
San Esteban de la Sierra - Salamanca

''Si todos los humilladeros en la Sierra de Francia deben gozar de una protección esmerada por su interés patrimonial, éste de San Esteban de la Sierra lo merece de manera especial porque reúne todos los elementos y características para ser considerado ' primum inter pares’. Su precario estado de conservación hace urgente una intervención general de consolidación y restauración. La antigüedad de su asentamiento, en posición''orientada'', es indicio de su antigüedad. Su estructura va dividida en dos espacios: El interior, de planta cuadrangular y cubierta en artesón, simple y con diversas hechuras de alarifería. La fachada presenta una balaustrada de madera con la puerta por la que se accede al interior en el medio y, a cada lado una ventana por la que oraban caminantes y peregrinos. Este cerramiento, cada vez más escaso, recibe a veces el nombre de ' rejostia ' por su doble utilidad como enrejado y como puerta (ostium).
La fachada queda protegida por un portal enrollado y cubierta entramada sostenida por dos columnas de piedra que reproducen los cánones clásicos, generalmente de orden dórico (y en los ejemplos más humildes zapata y poste de madera y dado de piedra en la base) y se remata por una espadaña para alojar la campana y su cruz. Pero lo excepcional de este humilladero, probablemente construido como lo vemos hoy durante la primera mitad del siglo XVI, se encuentra en sus bienes muebles. 
En primer lugar, la advocación titular de la Cofradía de la Veracruz. Se trata de una talla en madera del siglo XVI, a mi juicio emparentada con la del humilladero de Miranda del Castañar, aunque de tamaño menor, ¿del círculo de Juan de Balmaseda? Esta talla se aloja en un tabernáculo de madera con dos portezuelas que tienen en su interior pintadas las imágenes de la Dolorosa y San Juan Evangelista y en medio la Jerusalén formando Calvario. Este mueble permanecía la mayoría del año con las puertas cerradas ocultando la imagen a la curiosa mirada de los fieles, devoción que se mantenía de despierta por la luz de la lámpara votiva y de los cirios. Lo que diferencia este humilladero de todos los serranos y es posible que de todos los de la comunidad castellanoleonesa, es el amueblamiento de sus paredes con escenas pintadas de la Pasión –lienzos sobre tabla - : Última Cena, Flagelación y Eccehomo, Cruz a cuestas camino del Calvario y Resurrección. Este conjunto, del que desconocemos su autor, produce un efecto sorprendente de intensidad religiosa, reforzado por lo popular y la impronta arcaizante de su hechura, lo que al mismo tiempo dificulta su datación y adscripciónestilística. No se conserva, que sepamos, documentación de estas obras en el Archivo Parroquial, ni tampoco en el Histórico Provincial de Salamanca (donde sólo se registran protocolos de San Esteban en los años 1650 -1651,1660 y 1687).

Las características de que están dotados los sayones y caterva en alguna de las pinturas se corresponden con los prototipos establecidos en la imaginería de la Escuela Castellana del siglo XVII, e incluso con modelos anteriores ,si consideramos algunos detalles de indumentaria como los valones con cuchilladas que viste uno de los sayones en la escena de la Flagelación. Es urgente atender a las necesidades generales de este humilladero y, en particular, a la consolidación de la cubierta y a la restauración
de su artesonado. Igualmente, es necesaria y urgente la consolidación del soporte, limpieza por oxidación de barnices y restauración de esa serie de pinturas sobre la Pasión de Cristo que concluye con el tema de la Resurrección, lo que constituye, además, una rareza dentro del programa iconográfico pasionario, que suele concluir con la Deposición de Cristo en el sepulcro. Son escasos los documentos sobre
esta ermita. El primer documento que conocemos corresponde al Libro de Velados y Muertos de 1597 (s, f,) donde aparece una manda ''...a la Veracruz, de seis reales ''. 
En 1650, Juan Mirón deja en testamento, entre las mandas de misas y lumbre, ‘‘el aceite de las lámparas de Santa María de Arriba, Santa María de la Cabeza, San Juan de los Pajares y el Humilladero '' (Archivo Parroquial de San Esteban de la Sierra (Archivo Prov. Salamanca, Protocolo 6187 folio 3 vuelto). Los únicos datos sobre el mantenimiento y obras donde se consignan gastos de pintura, retejo, puerta y balaustre corresponden al libro de Cuentas de la Cofradía de la Veracruz de 1811, seguramente consecuencia del paso de las tropas durante la Guerra de Independencia. Así se citan en 1811 (folio 4 vuelto) ''Mil cien reales que se dieron a un Tallista Pintor en que se ajustó el retejo, pintura y demás obra del humilladero; se anota que el pintor debe cincuenta reales que se cargaron al mayordomo ''. 
En el año de 1812 (fols. 6 vuelto y 7): ''Dieciséis reales de dos tablas que se compraron para los entrepaños de las puertas del Humilladero....it. Treinta y cuatro reales de los dos pasadores de fierro para las puertas del humilladero ‘‘. En el año de 1813 (f.10) constan de libramientos: ‘‘ocho reales a un carpintero por la compostura de los Balaustres del Humilladero ''.

Estado del artesonado antes de la reforma


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