martes, 2 de septiembre de 2014

La Loa y el novillero Manolo Vanegas cierran las fiestas patronales de Sotoserrano

Fotografías : Parroquia Sotoserrano
Tres son los municipios serranos que conservan la vieja tradición de la Loa, un auto sacramental que antaño se convertía en el teatro popular del municipio y uno de los ejes centrales de los ciclos festivos en la Sierra de Francia.
Sotoserrano completó el ciclo teatral tradicional, junto a Sequeros y La Alberca, y en el día de ayer vivió con pasión y alegría la interpretación de su propia Loa. A mediodía, bajo el sol de septiembre y con la Plaza Mayor en la que no cabía un alfiler, los actores (vecinos del municipio) se auparon al Tablao y deleitaron al público con una obra que muchos, sino la mayoría, se saben de memoria. La lucha del bien contra el mal, arcano  y simple concepto de estos autos, volvió a poner a flor de piel la tradición y el amor por la historia propia, con el Diablo intentando evitar que se celebren las Fiestas en honor a San Ramón Nonato y el Gracioso, emigrante que viene a disfrutar de los festejos.
Ángel y Demonio, en última instancia, entablan batalla, venciendo el primero (faltará Loa en la que el bien no venza) y dejando el camino expedito para la gran fiesta del patrón “no nacido”. La Loa soteña es uno de los últimos hitos de las fiestas patronales de Sotoserrano, cerradas en el día de ayer con la novillada a cargo del novillero venezolano Manolo Vanegas, que también interpuso su propia “loa” taurina cortando 5 orejas ante tres novillos de la ganadería de Santos Alcalde.


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