La Plataforma para la Defensa de
El Bosque de Béjar prosigue sus denuncias sobre los expolios y el mal estado de
conservación y mantenimiento de este Bien de Interés Cultural. En esta ocasión,
ha querido poner el objetivo en la desaparición de las pinturas murales que
decoraban el salón principal del palacete y al tiempo se exige respuesta de los
órganos competentes sobre el caso.
La
imagen de estas pinturas (foto 1) fue tomada por José Muñoz el 11 de abril de
1999, aunque todavía pudieron verse en abril de 2002, durante la visita
incluida en la programación de las IV Jornadas de Estudio sobre El Bosque de
Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Los jornadistas asistentes,
muchos de ellos expertos en jardines históricos, fueron testigos de la
existencia de tales pinturas en el salón de la planta baja, al igual que de
otras en la estancia contigua y en la planta superior que no sabemos si han
sufrido la misma suerte.
La
decoración de la planta baja consistía en un zócalo de pintura ilusionista que
recorría todas las paredes y una cenefa floral bajo el techo (conservada
todavía), con detalles que permitían fecharla en las décadas finales del siglo
XIX (las características palmetas que se aprecian eran similares a las de
edificios residenciales y funerarios de Béjar con la misma datación) y, por
tanto, no formaban parte de la obra renacentista del palacete, pero sí de las
aportaciones introducidas en una de las etapas de transformación histórica del
conjunto, la desarrollada tras la adquisición de El Bosque por el industrial
Cipriano Rodríguez Arias entre 1869 y 1893 o años inmediatamente posteriores.
Es
probable que bajo estas pinturas se encuentren otras más antiguas y de mayor
valor e interés (con suerte, contemporáneas del palacete), hecho que deberá ser
verificado con catas en los revocos del muro, pero, por el momento, lo preceptivo
es conservar el legado hasta que se determinen las intervenciones de acuerdo
con el Plan Director y un proyecto específico. En este caso se ha obrado al
revés: en algún momento entre la fecha de la fotografía y ahora, alguien hizo
desaparecer tal decoración mural bajo una capa de pintura azul y otra posterior
de color blanco, según podrá apreciar cualquiera que se acerque a comprobarlo
(foto 2). Y, desde luego, alguien lo permitió o dio orden de que se hiciera,
pues toda intervención en una propiedad declarada BIC debe realizarse bajo
autorización del Órgano Competente: ¿quién dio orden para hacer desaparecer las
pinturas?, preguntan desde la Plataforma.
Desde
esta Plataforma emplazan a los titulares de la propiedad pública de El Bosque,
que a la vez son responsables de su salvaguarda por expresas competencias
legales, a explicar por qué permitieron y/o ejecutaron la expoliación de las
pinturas mencionadas y en qué fecha, qué medidas se van a tomar contra quienes
causaron el daño y qué harán para restituir el espacio expoliado a su estado
anterior, en cumplimiento de la legislación vigente en materia de Patrimonio
Histórico.
Plataforma para la Defensa
de El Bosque de Béjar
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