martes, 13 de octubre de 2015

San Martín del Castañar rinde homenaje a la vendimia y a los vinos de la Sierra

ENTRESIERRASrd | La localidad disfruta de tres días en los que la cultura vitivinícola ha vuelto a impregnar calles y plazas de tradición con aroma de futuro
Cientos de personas han disfrutado este puente de uno de los patrimonios serranos que poco a poco va retomando la fuerza de antaño. La cultura vitivinícola, que enlaza el valor tradicional con el de futuro, ha sido la protagonista un año más de la Fiesta de la Vendimia, cita que por tercer año pone a San Martín del Castañar en el panorama enológico provincial y estatal en un evento que cada año va tomando más fuerza y cuerpo.
Fotografías : Jesús San Ricardo
Fiesta que, como en ediciones anteriores, tuvo su parte promocional de los caldos serranos y otros llegados de los alrededores, y su parte lúdica, con la celebración en la mañana de este domingo del homenaje al antiguo oficio del vendimiador, daguerrotipo en color de otros tiempos que grandes y pequeños pudieron disfrutar por todo lo alto como parte activa de las jornadas.
Las actividades arrancaron en la mañana del sábado con las salas del Castillo de la Reserva de la Biosfera como centro motor y promotor de las presentaciones enológicas, especialmente de los caldos de la Denominación de Origen Protegida 'Sierras de Salamanca', que desde hace años lucha por restaurar el esplendor de unos viñedos, los de la Sierra de Francia y comarcas adyacentes, que siempre han sido un puntal económico y que han modelado el paisaje de la región desde hace generaciones. 
Para muchos es una imagen arquetípica de la Sierra de Francia los bancales que los antiguos viticultores consiguieron arrancar al monte a base de sudor, esfuerzo y geometría, a veces imposible, escalonando terrazas casi verticales en una ingeniería que ahora, con los nuevos tiempos, vuelve a ofrecer su ingenio a las nuevas generaciones.
Los establecimientos hosteleros de San Martín, junto a alguna de las bodegas particulares que aún jalonan los sótanos de algunos edificios, también tomaron protagonismo con una ronda de degustaciones donde no faltó la alegría de la charanga. Santi Tamariz puso la música a la noche del sábado.
El domingo, como decíamos, cita con la tradición y la historia, gracias a la recreación de la antigua vendimia. El folklore charro, con los tamborileros y los bailes tradicionales, pusieron el marco al escenario de la Plaza Mayor, donde fue expuesta la antigua maquinaria de labor, desde tijeras de podar a prensas, cuévanos, colleras, costales, pesos y cestos pasando por las inexcusables barricas para el mejor vino. Media tonelada de uva, traída para la ocasión, puso el color en pies y pantorrillas y el aroma por todo el recinto en una mañana de sabor centenario, que tuvo su acento en el portalón del Ayuntamiento con una exposición de aperos.
Por la tarde fue el cocinero Santiago Sánchez, repostero especializado, el que puso su saber hacer en la elaboración de un postre a base de vino Rufete, variedad de uva estrella de la Sierra. Posteriormente se abrió un paréntesis para catar vinos 'externos', en este caso, llegados desde la Riba Coa, en Portugal, con la presentación de los caldos de las bodegas 'Adega Castelo Rodrigo', de Figueira de Castelo Rodrigo. Gabriel Calvo y la Fabulosa Retahíla fueron los encargados de cerrar la tradicional jornada con una actuación en el que el folklorista, nacido en Monforte, hizo un peculiar repaso por la importancia de los viñedos y el vino en el folklore comarcal.
Este lunes, día de la Hispanidad, fue la Denominación de Origen Arribes del Duero la encargada de poner a la vista, al olfato y al gusto sus vinos en el Castillo de la Biosfera. Un último recorrido por los establecimientos de la localidad cerró un fin de semana que ha puesto de manifiesto la importancia de este producto de la tierra (contra viento y marea y amenaza de lluvia) con raíces profundas y valor de futuro. 




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