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Torreones, castillos, fortines, rincones renacentistas o conventos salpican
nuestro territorio en un lamentable estado de deterioro y ruina
El alma de su territorio tiene muchos
baremos para su medición. Desde la amabilidad de sus gentes, a las actividades
que en él se desarrollan pasando por el estado en que se encuentra su
patrimonio cultural e histórico.
Tras la movilización mediática para
salvar el puente medieval de Puente del Congosto que en las últimas fechas ha
saltado a los medios vamos hoy a echar un vistazo a aquellos bienes que en
estos momentos se encuentran incluidos en la Lista Roja de Patrimonio,
edificios que guardan parte de la historia local y que por dejadez o abandono
(por diversos motivos) están en riesgo de desaparición.
En total son ocho, ni más ni menos, los
edificios y lugares que a lo largo de las comarcas del Alto Tormes,
Entresierras, Béjar, Quilamas y Sierra de Francia están incluidos en este
momento en este sistema de alerta creado a iniciativa de la Asociación Hispania
Nostra, agrupación nacida en noviembre de 2007, con el fin dar a conocer y
proteger aquella parte de nuestro Patrimonio Histórico que se encuentra en
abandono y en peligro. Hacemos un resumen de lo extractado por Hispania Nostra
en esta Lista Roja comarcal.
Castillo
de Santa Cruz en Navagallega
Situado en la zona conocida como Peñas de
Santa Cruz, este castillo se catalogó en su día como de origen romano. Los
restos de un castro prerromano que se encuentran en las inmediaciones parecían
apoyar esa teoría, pero recientemente se ha considerado por parte de Ramón
Grande del Brío, que ésta fue una de las fortalezas reconstruidas en el siglo X
por Ramiro II, según la crónica de Sampiro: “…civitates desertas ibidem
populavit. Hae sunt: Salamantica sedes antiqua castrorum, Letesma, Ripas,
Balneos, Alphandiga, Penna, et alia plurima castella, quod longum est
praenotare.“
El castillo es de planta rectangular, y
se asienta sobre la roca viva del conjunto montañoso de Sierra Menor. Sus muros
son de mampostería y mortero de cal. Sus caras norte y este aún conservan
partes de su recubrimiento original, de sillares de granito. En el extremo
occidental, se observan los restos de la que sería la torre que protegería el
acceso a la puerta. El aljibe que acumularía y abastecería de agua, se
encuentra hoy prácticamente cubierto de material de deshecho y colmatado. El
castillo formaría parte de un conjunto defensivo conocido como Peñas de Santa
Cruz, que junto con el otro conjunto defensivo anexo, conocido como Sierra
Negra, englobaría el núcleo fortificado llamado Peña de Rey, o Penna, tal y
como se cita en la crónica de Sampiro citada anteriormente. Todas estas obras
de fortificación se encontraban rodeadas por muros de mampostería cuarcítica,
de los que quedan vestigios ordenados en forma circular que permiten
interpretar la presencia de una torre.
Sin ningún grado de protección presenta un estado de ruina y abandono. La
densa vegetación de robles y matas que crece por la zona, dificulta su estudio
y compresión, así como favorece la dejadez de sus dueños. Ha sufrido el expolio
de sus elementos constructivos desde hace siglos como material de obra.
El 16 de marzo de 2014, el Ayuntamiento
de Navagallega y el guarda forestal encargado de la zona, prohibieron la
presencia de escaladores por la zona, debido al peligro que corren los nidos de
aves allí asentados y el descuido de dejar la puerta de la cerca abierta, con
la consiguiente entrada de ganado.
Fue incluido en la Lista Roja el 1 de
agosto de 2014.
El
Castillo de Tejeda y Segoyuela
Fernando de Tejeda, señor de Tejeda, se
oponía a la jurisdicción de Salamanca, por lo que en 1453 mandó construir su
castillo, para defender la villa de su decisión de tener una jurisdicción civil
e criminal en ella, independiente a la salmantina. La fortaleza no fue
concebida para protegerse de invasiones, sino del pueblo que se revelaba contra
él. Pero el poder de los Tejeda era tan grande que gozaba de la simpatía de la
Iglesia, prueba de ello es el convento de la orden franciscana que se haya a
escasos metros del castillo y que actualmente pertenece a la misma persona.
El castillo se compone de una torre del
homenaje grande y rectangular que tuvo suelos de madera, con troneras para
cañones y rematada por almenado. Todo esto dentro de un recinto cuadrado de 23
metros de lado con pequeños cubos en las esquinas y otro resguardado en la
puerta. Las habitaciones estaban adheridas a él por dentro, y por fuera existía
una barcana, actualmente destruida y foso. Su construcción es de pizarra con
mortero y esquinas de granito.
Hasta el año 1965, contaba con una
tercera pared que se desmoronó y que era a su vez la entrada al castillo, con
un puente y un foso. Disponía también de caballerizas. Aún se conservan los
restos de una gran torre y del recinto cuadrado fortificado.
Se encuentra bajo la protección de la
Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre
el Patrimonio Histórico Español con riesgo de pérdida del edificio por el
abandono del mismo y la desprotección ante las inclemencias meteorológicas, la
vegetación invasiva y los actos vandálicos.
El propietario ha intentado mantenerlo,
pero no dispone de los medios económicos necesarios.
Fue incluido en la Lista Roja el 3 de
junio de 2014.
El
Castillo de Cespedosa de Tormes
Cespedosa De Tormes después de la
reconquista, perteneció al concejo de Ávila, debiendo ser repoblada alrededor
del año 1100 por Don Raimundo de Borgoña. En la época de su repoblación, debió
tener murallas siendo éstas anteriores al Castillo. Tuvo pleitos por límites de
tierras con el vecino concejo de Salvatierra que duraron hasta bien entrado el
siglo XV.
Si sitúa cerca del cauce del río Tormes, con una sólida torre de
planta rectangular fuerte de los Dávila y Guzmán a quienes el rey Enrique III
el Doliente les concediera el señorío de la Villa. Construido el castillo en el
S.XV con muros de mampostería granítica se refuerza con sillería en los
ángulos, y está rematada por almenas y voladizos matacanes en lo alto de los
muros. La localidad de Cespedosa llegó a
situarse en el límite de Castilla y León.
Por los escudos que se conservan en sus
ventanales, se sabe que perteneció a la Casa de Alba así como a los Castros y
los Dávila.
Actualmente es inhabitable, sirviendo de
cobijo a las aves.
Se encuentra bajo la protección de la
Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre
el Patrimonio Histórico Español.
Su estructura exterior se encuentra
relativamente en buen estado. No así la interior, de la que sólo quedan restos
de la chimenea y de los arranques para las vigas y algunos bancos de piedra
junto a las ventanas. En uno de sus lados presenta una gran abertura, que según
tradición popular, fue debida a una explosión con dinamita. Como en otros
tantos lugares, sus piedras se han reaprovechado.
Fue incluido en la Lista Roja el 2 de
junio de 2014
El Torreón
de Guijuelo
La construcción del templo se realizó por
orden de la Infanta Doña Catalina, hermana de Juan II, señora de Salvatierra,
en 1425, como agradecimiento después la devolución de sus señoríos. La obra se
inició en 1575 y se conoce que no se concluyó gracias a un visitador de la
Diócesis que informa de esta circunstancia en 1606, señalando además la
imposibilidad de continuar “Aquí hay comenzada una iglesia parroquial, fuera
del lugar, en un ejido, tiene hecha la capilla mayor, pero no hay con que para
seguir la obra”. En 1620, el mayordomo del templo, Domingo Muñoz, firmó un
nuevo contrato con un cantero de la Garganta para levantar otra en el mismo
lugar. Sin embargo, las circunstancias se agravan poco después con la guerra de
Portugal que tuvo lugar entre 1640 y 1668, que requirió del apoyo económico de
toda la zona. En la actualidad se conserva la cabecera o ábside de planta
poligonal con bóveda de abanico.
La parte que se conserva consiste en una
edificación de granito y mortero de cal, con gruesas paredes, reforzados por
contrafuertes, un arco de medio punto decorado con medias esferas y parte de la
bóveda, también de granito. Sus características son análogas a las cabeceras de
las iglesias de Fuenterroble, Salvatierra y el Guijo, lo que hace pensar en la
intervención de las mismas de un arquitecto común. El resto de la edificación
era de pizarra y mortero, los ángulos en granito, así como la torre que estaba
al Oeste como la mejor tradición de los edificios religiosos, tenía también la
finalidad de resguardarla de los vientos dominantes, por lo que también la
puerta de entrada, así como la sacristía estaban situadas al mediodía.
Fue incluido en la Lista Roja el 26 de
abril de 2014
El Jardín
Renacentista de El Bosque de Béjar
El Bosque es una creación del
Renacimiento realizada a mediados del siglo XVI para los Zúñiga, duques de
Béjar. Se trata de un conjunto de 33 hectáreas formado por bosque, prados,
huerta, jardines, estanques y fuentes, además de un palacete, capilla,
caballerizas y casa del bosquero. Este BIC está formado por las cuatro fincas
que tienen el apelativo El Bosque (Monte, Jardín, Prado Alto y Prado Bajo),
además de la regadera de tres kilómetros, que lleva el agua desde la Garganta
del Oso, y el entorno está formado por una franja de 50 a 500 m de anchura
rodeando al BIC.
Bien de Interés Cultural, en la categoría
de Jardín Histórico, el 1 de abril 2001, hoy El Bosque presenta un estado mucho
peor que el que tenía en 1999, cuando pasó a propiedad pública.
La Comisión de Patrimonio ha dado ya luz
verde para poner en marcha el proyecto de sustitución de las cubiertas en los
edificios de la zona noble de El Bosque. La mejora contará con un presupuesto
superior a los 376.000 euros con cargo, en parte, a los fondos de 1% Cultural y
se centrará en los tejados del palacete, las caballerizas y la capilla de la
finca, que se encuentran en un avanzado estado de deterioro y que, en algunos
casos, corren el riesgo de derrumbarse.
Fue incluido en la Lista Roja el 5 de
marzo de 2014.
Monasterio
de Nuestra Señora de Gracia en San Martín del Castañar
Monasterio franciscano fundado en 1430
por Don Sancho de Castilla. Existió en él una importante biblioteca que
recuerda la intensa vida cultural y religiosa que contó el monasterio. Tras el
abandono de los Franciscanos y el paso de los Dominicos en la década de los
años veinte del siglo XX, por una de las edificaciones anejas como casa
veraniega, la propiedad pasó a manos privadas, siendo esta su titularidad
actual.
La distribución de las diferentes
dependencias sigue la línea marcada por la arquitectura conventual, en torno a
un claustro central. Existen algunos restos de otro claustro más primitivo, que
es conocido como el Patio de los Carros. El edificio, según el estudio de Jaime
Pinilla, presenta un esquema propio de los edificios monásticos con una cierta adaptación
al edificio existente. Una novedad observada es la orientación de la fachada
principal, hacia el Este, que está en contra de lo que se hace habitualmente.
El conjunto es de una gran sencillez, tanto en los elementos decorativos como
en los constructivos, y la planta adopta una forma rectangular en base a la
funcionalidad perseguida por sus promotores. La iglesia, el claustro y las alas
Este, Sur y Oeste serían los testimonios conservados que mejor definen esta
edificación.
Muchas de sus imágenes, elementos
decorativos y tallas se encuentran a buen recaudo en la iglesia parroquial de
la localidad de San Martín del Castañar. Muchas de las piedras, hitos, rollos y
hasta esculturas, han sido expoliadas de su lugar original, y pueden observarse
en otros puntos de la sierra de Francia como parte de otras construcciones,
tanto públicas como privadas.
Conserva casi intacta su fachada
principal, la fachada situada en el este, el solar donde se encontraba la
iglesia y algunas dependencias en su interior llenas de vegetación. Quedan
restos incluso de las canalizaciones de piedra que formaban el sistema de riego
de la huerta.
Fue incluido en la Lista Roja el 16 de
diciembre de 2007
El Fortín
'Romano' de La Calzada de Béjar
Aunque estudios recientes lo han catagolado
como un nevero medieval, está catalogada como un puesto de vigilancia y defensa
de la calzada romana Vía de la Plata o almacén de nieve según otros autores,
situado en un lugar estratégico, sobre un teso desde el que se domina
ampliamente una gran extensión de la vía por ambos lados.
El fortín tiene forma casi cuadrangular,
con unas dimensiones aproximadas de 29 x 27 m., aparejado con muros ciegos de
mampostería en opus incertum, con esquinas reforzadas por rudos sillares de
tamaño variable. Hoy sin techumbre, se
le suponía cubierto con armadura de madera a dos aguas por los ángulos de sus
muros. Cuenta con una puerta con arco de medio punto y vanos en forma de
saeteras que apuntan hacia el suelo exterior, por lo que carecen de
funcionalidad defensiva. Están realizadas con molde tronco-cónico que sirve de
base al mortero de cal que reviste, el diámetro de boca es de 30 cm. y en la
salida de 12 cm. Aún atribuido a una
construcción militar, todo apunta a que este edificio fue un almacén de nieve
para el suministro de hielo a las mercancías en tránsito (pescado, fruta,
carne…) por la vía romana.
Declarado Bien de Interés Cultural, con
la categoría de Castillo, el 3 de junio de 1931.
Lamentable estado de abandono, sin
cubierta, invadido por la maleza que dificulta el acceso al mismo. El
ayuntamiento de La Calzada de Béjar ha realizado en ocasiones la limpieza del
camino de acceso y del propio fortín.
Fue incluido en la Lista Roja el 16 de
diciembre de 2007
Convento
de la Casa Baja de El Maíllo
Para su construcción pidieron una
autorización papal, que fue concedida en 1498 por Alejandro VI. Edificado en el
siglo XVI, aunque la iglesia cuyos restos se conservan es de estilo neoclásico.
Sobresale el hermoso claustro que recuerda el estilo Gótico-Isabelino.
El nombre de “Casa Baja” se debe a que
los frailes dominicos que habitaban el Monasterio de la Peña de Francia se
trasladaban todos los años a este monasterio cuando llegaban las primeras
nieves. Durante el resto del año parece ser que este convento servía a los
frailes de almacén de provisiones y alimentos.
Tras la guerra de la Independencia, en
1816 los religiosos comenzaron la restauración del convento, debido a los daños
sufridos. Se vieron en la necesidad de vender los olivares del Soto, además de
hacer un empréstito de 80.000 reales. Sin embargo, llegada la desamortización
de Mendizábal, el grupo de construcciones fue adquirido por vecinos del pueblo.
Conserva su claustro, la iglesia y
algunas dependencias. Consta La Casa Baja de un claustro grande y hermoso de
piedra de sillería. Cada lado mide 23 metros y tiene siete arcos. En torno al
claustro, las distintas dependencias. Al Norte la iglesia. Al este la
sacristía, calefactorium y sala capitular. Al Sur, en la planta baja, el
refectorio; en la alta, dormitorio con 19 celdas que miran a la Peña de
Francia. Se prolonga el dormitorio hacia el Oeste, con 12 celdas en la planta
alta; en la baja, enfermería y hospedería. Al Oeste, cocina, procuración y
oficinas. Además, tiene dos grandes escaleras semejantes a la famosa escalera
de Soto del convento de San Esteban de Salamanca.
Monumento Histórico-Artístico en 1956.
Los restos de la iglesia, se usa como
pajar desde hace décadas, así como de aparcamiento de antiguos carros de
bestias y en un inmenso palomar. La maleza trata de ocultar el resto de
elementos del conjunto que se han salvado del expolio: sillares, arcos, muros o
columnas
Fue incluido en la Lista Roja el 16 de
diciembre de 2007
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