viernes, 13 de noviembre de 2015

Ocho edificios de la región están incluidos en la Lista Roja de Patrimonio

ENTRESIERRASrd | Torreones, castillos, fortines, rincones renacentistas o conventos salpican nuestro territorio en un lamentable estado de deterioro y ruina
El alma de su territorio tiene muchos baremos para su medición. Desde la amabilidad de sus gentes, a las actividades que en él se desarrollan pasando por el estado en que se encuentra su patrimonio cultural e histórico.
Tras la movilización mediática para salvar el puente medieval de Puente del Congosto que en las últimas fechas ha saltado a los medios vamos hoy a echar un vistazo a aquellos bienes que en estos momentos se encuentran incluidos en la Lista Roja de Patrimonio, edificios que guardan parte de la historia local y que por dejadez o abandono (por diversos motivos) están en riesgo de desaparición.
En total son ocho, ni más ni menos, los edificios y lugares que a lo largo de las comarcas del Alto Tormes, Entresierras, Béjar, Quilamas y Sierra de Francia están incluidos en este momento en este sistema de alerta creado a iniciativa de la Asociación Hispania Nostra, agrupación nacida en noviembre de 2007, con el fin dar a conocer y proteger aquella parte de nuestro Patrimonio Histórico que se encuentra en abandono y en peligro. Hacemos un resumen de lo extractado por Hispania Nostra en esta Lista Roja comarcal.
Castillo de Santa Cruz en Navagallega
Situado en la zona conocida como Peñas de Santa Cruz, este castillo se catalogó en su día como de origen romano. Los restos de un castro prerromano que se encuentran en las inmediaciones parecían apoyar esa teoría, pero recientemente se ha considerado por parte de Ramón Grande del Brío, que ésta fue una de las fortalezas reconstruidas en el siglo X por Ramiro II, según la crónica de Sampiro: “…civitates desertas ibidem populavit. Hae sunt: Salamantica sedes antiqua castrorum, Letesma, Ripas, Balneos, Alphandiga, Penna, et alia plurima castella, quod longum est praenotare.“
El castillo es de planta rectangular, y se asienta sobre la roca viva del conjunto montañoso de Sierra Menor. Sus muros son de mampostería y mortero de cal. Sus caras norte y este aún conservan partes de su recubrimiento original, de sillares de granito. En el extremo occidental, se observan los restos de la que sería la torre que protegería el acceso a la puerta. El aljibe que acumularía y abastecería de agua, se encuentra hoy prácticamente cubierto de material de deshecho y colmatado. El castillo formaría parte de un conjunto defensivo conocido como Peñas de Santa Cruz, que junto con el otro conjunto defensivo anexo, conocido como Sierra Negra, englobaría el núcleo fortificado llamado Peña de Rey, o Penna, tal y como se cita en la crónica de Sampiro citada anteriormente. Todas estas obras de fortificación se encontraban rodeadas por muros de mampostería cuarcítica, de los que quedan vestigios ordenados en forma circular que permiten interpretar la presencia de una torre.
Sin ningún grado de protección  presenta un estado de ruina y abandono. La densa vegetación de robles y matas que crece por la zona, dificulta su estudio y compresión, así como favorece la dejadez de sus dueños. Ha sufrido el expolio de sus elementos constructivos desde hace siglos como material de obra.
El 16 de marzo de 2014, el Ayuntamiento de Navagallega y el guarda forestal encargado de la zona, prohibieron la presencia de escaladores por la zona, debido al peligro que corren los nidos de aves allí asentados y el descuido de dejar la puerta de la cerca abierta, con la consiguiente entrada de ganado.
Fue incluido en la Lista Roja el 1 de agosto de 2014.
El Castillo de Tejeda y Segoyuela
Fernando de Tejeda, señor de Tejeda, se oponía a la jurisdicción de Salamanca, por lo que en 1453 mandó construir su castillo, para defender la villa de su decisión de tener una jurisdicción civil e criminal en ella, independiente a la salmantina. La fortaleza no fue concebida para protegerse de invasiones, sino del pueblo que se revelaba contra él. Pero el poder de los Tejeda era tan grande que gozaba de la simpatía de la Iglesia, prueba de ello es el convento de la orden franciscana que se haya a escasos metros del castillo y que actualmente pertenece a la misma persona.
El castillo se compone de una torre del homenaje grande y rectangular que tuvo suelos de madera, con troneras para cañones y rematada por almenado. Todo esto dentro de un recinto cuadrado de 23 metros de lado con pequeños cubos en las esquinas y otro resguardado en la puerta. Las habitaciones estaban adheridas a él por dentro, y por fuera existía una barcana, actualmente destruida y foso. Su construcción es de pizarra con mortero y esquinas de granito.
Hasta el año 1965, contaba con una tercera pared que se desmoronó y que era a su vez la entrada al castillo, con un puente y un foso. Disponía también de caballerizas. Aún se conservan los restos de una gran torre y del recinto cuadrado fortificado.
Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español con riesgo de pérdida del edificio por el abandono del mismo y la desprotección ante las inclemencias meteorológicas, la vegetación invasiva y los actos vandálicos.
El propietario ha intentado mantenerlo, pero no dispone de los medios económicos necesarios.
Fue incluido en la Lista Roja el 3 de junio de 2014.
El Castillo de Cespedosa de Tormes
Cespedosa De Tormes después de la reconquista, perteneció al concejo de Ávila, debiendo ser repoblada alrededor del año 1100 por Don Raimundo de Borgoña. En la época de su repoblación, debió tener murallas siendo éstas anteriores al Castillo. Tuvo pleitos por límites de tierras con el vecino concejo de Salvatierra que duraron hasta bien entrado el siglo XV.
Si sitúa cerca del cauce  del río Tormes, con una sólida torre de planta rectangular fuerte de los Dávila y Guzmán a quienes el rey Enrique III el Doliente les concediera el señorío de la Villa. Construido el castillo en el S.XV con muros de mampostería granítica se refuerza con sillería en los ángulos, y está rematada por almenas y voladizos matacanes en lo alto de los muros.  La localidad de Cespedosa llegó a situarse en el límite de Castilla y León.
Por los escudos que se conservan en sus ventanales, se sabe que perteneció a la Casa de Alba así como a los Castros y los Dávila.
Actualmente es inhabitable, sirviendo de cobijo a las aves.
Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Su estructura exterior se encuentra relativamente en buen estado. No así la interior, de la que sólo quedan restos de la chimenea y de los arranques para las vigas y algunos bancos de piedra junto a las ventanas. En uno de sus lados presenta una gran abertura, que según tradición popular, fue debida a una explosión con dinamita. Como en otros tantos lugares, sus piedras se han reaprovechado.
Fue incluido en la Lista Roja el 2 de junio de 2014
El Torreón de Guijuelo
La construcción del templo se realizó por orden de la Infanta Doña Catalina, hermana de Juan II, señora de Salvatierra, en 1425, como agradecimiento después la devolución de sus señoríos. La obra se inició en 1575 y se conoce que no se concluyó gracias a un visitador de la Diócesis que informa de esta circunstancia en 1606, señalando además la imposibilidad de continuar “Aquí hay comenzada una iglesia parroquial, fuera del lugar, en un ejido, tiene hecha la capilla mayor, pero no hay con que para seguir la obra”. En 1620, el mayordomo del templo, Domingo Muñoz, firmó un nuevo contrato con un cantero de la Garganta para levantar otra en el mismo lugar. Sin embargo, las circunstancias se agravan poco después con la guerra de Portugal que tuvo lugar entre 1640 y 1668, que requirió del apoyo económico de toda la zona. En la actualidad se conserva la cabecera o ábside de planta poligonal con bóveda de abanico.
La parte que se conserva consiste en una edificación de granito y mortero de cal, con gruesas paredes, reforzados por contrafuertes, un arco de medio punto decorado con medias esferas y parte de la bóveda, también de granito. Sus características son análogas a las cabeceras de las iglesias de Fuenterroble, Salvatierra y el Guijo, lo que hace pensar en la intervención de las mismas de un arquitecto común. El resto de la edificación era de pizarra y mortero, los ángulos en granito, así como la torre que estaba al Oeste como la mejor tradición de los edificios religiosos, tenía también la finalidad de resguardarla de los vientos dominantes, por lo que también la puerta de entrada, así como la sacristía estaban situadas al mediodía.
Fue incluido en la Lista Roja el 26 de abril de 2014
El Jardín Renacentista de El Bosque de Béjar
El Bosque es una creación del Renacimiento realizada a mediados del siglo XVI para los Zúñiga, duques de Béjar. Se trata de un conjunto de 33 hectáreas formado por bosque, prados, huerta, jardines, estanques y fuentes, además de un palacete, capilla, caballerizas y casa del bosquero. Este BIC está formado por las cuatro fincas que tienen el apelativo El Bosque (Monte, Jardín, Prado Alto y Prado Bajo), además de la regadera de tres kilómetros, que lleva el agua desde la Garganta del Oso, y el entorno está formado por una franja de 50 a 500 m de anchura rodeando al BIC.
Bien de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico, el 1 de abril 2001, hoy El Bosque presenta un estado mucho peor que el que tenía en 1999, cuando pasó a propiedad pública.
La Comisión de Patrimonio ha dado ya luz verde para poner en marcha el proyecto de sustitución de las cubiertas en los edificios de la zona noble de El Bosque. La mejora contará con un presupuesto superior a los 376.000 euros con cargo, en parte, a los fondos de 1% Cultural y se centrará en los tejados del palacete, las caballerizas y la capilla de la finca, que se encuentran en un avanzado estado de deterioro y que, en algunos casos, corren el riesgo de derrumbarse.
Fue incluido en la Lista Roja el 5 de marzo de 2014.
Monasterio de Nuestra Señora de Gracia en San Martín del Castañar
Monasterio franciscano fundado en 1430 por Don Sancho de Castilla. Existió en él una importante biblioteca que recuerda la intensa vida cultural y religiosa que contó el monasterio. Tras el abandono de los Franciscanos y el paso de los Dominicos en la década de los años veinte del siglo XX, por una de las edificaciones anejas como casa veraniega, la propiedad pasó a manos privadas, siendo esta su titularidad actual.
La distribución de las diferentes dependencias sigue la línea marcada por la arquitectura conventual, en torno a un claustro central. Existen algunos restos de otro claustro más primitivo, que es conocido como el Patio de los Carros. El edificio, según el estudio de Jaime Pinilla, presenta un esquema propio de los edificios monásticos con una cierta adaptación al edificio existente. Una novedad observada es la orientación de la fachada principal, hacia el Este, que está en contra de lo que se hace habitualmente. El conjunto es de una gran sencillez, tanto en los elementos decorativos como en los constructivos, y la planta adopta una forma rectangular en base a la funcionalidad perseguida por sus promotores. La iglesia, el claustro y las alas Este, Sur y Oeste serían los testimonios conservados que mejor definen esta edificación.
Muchas de sus imágenes, elementos decorativos y tallas se encuentran a buen recaudo en la iglesia parroquial de la localidad de San Martín del Castañar. Muchas de las piedras, hitos, rollos y hasta esculturas, han sido expoliadas de su lugar original, y pueden observarse en otros puntos de la sierra de Francia como parte de otras construcciones, tanto públicas como privadas.
Conserva casi intacta su fachada principal, la fachada situada en el este, el solar donde se encontraba la iglesia y algunas dependencias en su interior llenas de vegetación. Quedan restos incluso de las canalizaciones de piedra que formaban el sistema de riego de la huerta.
Fue incluido en la Lista Roja el 16 de diciembre de 2007
El Fortín 'Romano' de La Calzada de Béjar
Aunque estudios recientes lo han catagolado como un nevero medieval, está catalogada como un puesto de vigilancia y defensa de la calzada romana Vía de la Plata o almacén de nieve según otros autores, situado en un lugar estratégico, sobre un teso desde el que se domina ampliamente una gran extensión de la vía por ambos lados.
El fortín tiene forma casi cuadrangular, con unas dimensiones aproximadas de 29 x 27 m., aparejado con muros ciegos de mampostería en opus incertum, con esquinas reforzadas por rudos sillares de tamaño variable.  Hoy sin techumbre, se le suponía cubierto con armadura de madera a dos aguas por los ángulos de sus muros. Cuenta con una puerta con arco de medio punto y vanos en forma de saeteras que apuntan hacia el suelo exterior, por lo que carecen de funcionalidad defensiva. Están realizadas con molde tronco-cónico que sirve de base al mortero de cal que reviste, el diámetro de boca es de 30 cm. y en la salida de 12 cm.  Aún atribuido a una construcción militar, todo apunta a que este edificio fue un almacén de nieve para el suministro de hielo a las mercancías en tránsito (pescado, fruta, carne…) por la vía romana.
Declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Castillo, el 3 de junio de 1931.
Lamentable estado de abandono, sin cubierta, invadido por la maleza que dificulta el acceso al mismo. El ayuntamiento de La Calzada de Béjar ha realizado en ocasiones la limpieza del camino de acceso y del propio fortín.
Fue incluido en la Lista Roja el 16 de diciembre de 2007
Convento de la Casa Baja de El Maíllo
Para su construcción pidieron una autorización papal, que fue concedida en 1498 por Alejandro VI. Edificado en el siglo XVI, aunque la iglesia cuyos restos se conservan es de estilo neoclásico. Sobresale el hermoso claustro que recuerda el estilo Gótico-Isabelino.
El nombre de “Casa Baja” se debe a que los frailes dominicos que habitaban el Monasterio de la Peña de Francia se trasladaban todos los años a este monasterio cuando llegaban las primeras nieves. Durante el resto del año parece ser que este convento servía a los frailes de almacén de provisiones y alimentos.
Tras la guerra de la Independencia, en 1816 los religiosos comenzaron la restauración del convento, debido a los daños sufridos. Se vieron en la necesidad de vender los olivares del Soto, además de hacer un empréstito de 80.000 reales. Sin embargo, llegada la desamortización de Mendizábal, el grupo de construcciones fue adquirido por vecinos del pueblo.
Conserva su claustro, la iglesia y algunas dependencias. Consta La Casa Baja de un claustro grande y hermoso de piedra de sillería. Cada lado mide 23 metros y tiene siete arcos. En torno al claustro, las distintas dependencias. Al Norte la iglesia. Al este la sacristía, calefactorium y sala capitular. Al Sur, en la planta baja, el refectorio; en la alta, dormitorio con 19 celdas que miran a la Peña de Francia. Se prolonga el dormitorio hacia el Oeste, con 12 celdas en la planta alta; en la baja, enfermería y hospedería. Al Oeste, cocina, procuración y oficinas. Además, tiene dos grandes escaleras semejantes a la famosa escalera de Soto del convento de San Esteban de Salamanca.
Monumento Histórico-Artístico en 1956.
Los restos de la iglesia, se usa como pajar desde hace décadas, así como de aparcamiento de antiguos carros de bestias y en un inmenso palomar. La maleza trata de ocultar el resto de elementos del conjunto que se han salvado del expolio: sillares, arcos, muros o columnas
Fue incluido en la Lista Roja el 16 de diciembre de 2007


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