jueves, 23 de junio de 2016

"Lo que más me asombró al volver tantos años después fue ver la desaparición de la industria textil de Béjar"

ENTRESIERRASrd | Entrevista en exclusiva a Lorenzo Domínguez, oriundo de Valdefuentes de Sangusín que emigró a Buenos Aires en 1959. "Los avatares de España siempre fueron para bien, es un país que siempre se ha superado y está muy bien visto desde fuera"
Dicen los que entienden que, en ocasiones, la mejor mirada es la lejana. Porque lo cercano se difumina y la lejanía da perspectiva, amplitud de miras y criterios en expansión. Entrevistamos hoy a Lorenzo Domínguez (Valdefuentes de Sangusín, 1948) que hace ya tiempo que ha tomado acento argentino. 

Lorenzo emigró, como tantos otros, en el año 1959 hasta el otro confín del mundo, hasta Buenos Aires, donde hizo vida y patria como albañil aunque nunca olvidó la tierra que le vio nacer y donde aún guarda sentimientos y corazón. La raíz, bien se sabe, siempre se mantiene apegada a la tierra. Aunque la arranquen.
¿Cómo llegó este salmantino de la ribera del Sangusín hasta Argentina?
A los once años llegue a la Argentina junto a mis padres y mis cinco hermanos, en busca de una vida más fácil y menos sacrificada. Yo soy el hijo menor de seis, tres  de mis hermanos mayores trabajaban, dos en Madrid y el mayor de todos en Bilbao. El cuarto de los hermanos junto a mi padre tenían que desarrollar las tareas del campo y los más pequeños nos dedicábamos a cuidar de los animales  y trillar. La vida del campo era muy sacrificada y la familia  desmembrada trabajando para aportar al sustento familiar
¿Fue difícil adaptarse a un nuevo país, con otras costumbres, otra cultura…? ¿Fue bien recibido por los argentinos?
Para mí fue bastante fácil adaptarme al nuevo país ya que con once años y un acento "conquistador" pude hacerme de muchos amigos. Como es de público conocimiento a todos los españoles nos dicen "gallegos" y eso era el único tema de discusión y pelea con algunos niños, pero siempre fuimos muy bien acogidos
¿Mantiene aún contacto con Salamanca, con el pueblo? Contacto directo con el pueblo no tengo ya que todos mis familiares residen en otros lugares (Candelario, San Martín del Castañar).
Tengo contactos por redes sociales que son de Valdefuentes, Madrid, Ávila y Bilbao. Poseo muchos primos e incluso mi hermano reside en Madrid así que estoy enterado de lo que pasa en el pueblo periódicamente.
¿Cómo ha vivido los avatares en España en general, y en Salamanca, en particular, desde la lejanía?
Hasta el año 89 todo lo que sabía era por información radial o televisiva. Creo que los avatares en España siempre fueron para bien, un país que desde el 59 fue para adelante, progresista, siempre le ha gustado superarse y desde hace años es un país muy bien mirado desde fuera. De Salamanca muy poco conocía pues de pequeño nunca visité siquiera la capital hasta que volví siendo ya adulto.
¿Qué percepción se tiene de España entre los argentinos?
¿Subyacen muchos tópicos aún?
Los argentinos ven a España como la puerta de entrada a Europa, como una opción de vacacionar. Los antiguos tópicos sobre los españoles hace tiempo que han desaparecido.
¿Tiene contacto allí en Buenos Aires con otros salmantinos o españoles en general?
Hasta el 2010 éramos unos 10000 salmantinos. Contamos con el centro de Salamanca que posee unos 3000 socios. La sede está situada en el Centro de Buenos Aires con unas bellísimas instalaciones donde se realizan diversas actividades artísticas y culturales. También cuenta con una casa de campo con parrillas, piscinas, canchas de tenis, fútbol, etc…
Este Centro junto con el Ayuntamiento de Salamanca hace unos años facilita el retorno de aquellos que no pudieron volver a su tierra natal.
Personalmente día a día tengo relación con algún salmantino o con españoles de otros puntos de España.
Sabemos que hace unos años regresó a su tierra natal por unos días… ¿qué lugares visitó? ¿qué sintió al pisar su pueblo tantos años después? ¿Qué es lo más le llamó la atención?
La última vez que estuve hice un recorrido bastante largo. Comencé en Madrid camino a Ávila, Salamanca, Béjar, Candelario, Valdefuentes, Cristóbal, San Martín del Castañar, La Alberca, luego Zamora, Orense, Andorra, y otros puntos más.
Creo que todo llama la atención pues todo tiene su encanto, pero lo que más me asombró fue la desaparición de las fábricas textiles de Béjar.
Es muy emocionante volver y pisar tierra natal, los recuerdos vividos, el camino recorrido y la angustia por las pérdidas de quienes acompañaron ese camino y hoy no están.
¿Qué sensación le produce saber que muchas de las personas de la región apenas han salido de su pueblo a lo largo de su vida?
Creo que el ser humano debería salir más, eso le da una visión distinta y más amplia de cómo se vive en otros lugares, me parece que la mente se enriquece y se tiene otra visión de las cosas.
¿Volverá a Salamanca algún día?
Sí! Volver es mi deseo.



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