lunes, 21 de noviembre de 2016

Juglares de la Sierra

ENTRESIERRASrd | Más de un centenar de personas pasean por la historia viva de El Casarito y La Nava de Francia, en un nuevo encuentro comarcal 'En tu pueblo y en el mío'

Sólo había que imaginarse al juglar, llegando con su preaviso de tintineo y chiquillería a su alrededor, asomando su gorro de colores con cascabeles por las viejas calles de El Casarito y plantar su taburete para alzarse, para alzar la voz sobre el gentío que poco a poco se arremolina a su alrededor.
Reviviendo viejos tiempos, tiempos de ferias, de fondas y peregrinos, de canteros, chalaneros y cuentacuentos, El Casarito, y Nava de Francia, se enfundaron este sábado el traje hecho de jirones de historia para recibir, a voz en temple, al más de centenar de participantes que se acercaron hasta el municipio de la Sierra de Francia en una nueva edición del proyecto de encuentros comarcales 'En tu pueblo y en el mío'.
Cruce de caminos, arcón que guarda los tiempos modernos aleados con los antiguos, que pone carretera y manta al mismo tiempo que aguarda agazapado junto a castaños centenarios y parajes de ensueño, El Casarito primero, La Nava después, ofrecieron lo mejor de sí mismos para poner voz y arte a un encuentro que bien pudo el juglar cantar iniciando con aquello de '¡Vengan y escuchen lo que tengo que contarles!"
Naturaleza de Juglaría
El encuentro arrancó a las diez de la mañana con el recibimiento de los participantes en el área rehabilitada como aparcamiento singular entre el Camping y El Casarito, con la presencia de Julián González, alcalde de La Nava y su pedanía El Casarito, que junto a Elena Matas, organizadora del evento en ambos pueblos, quisieron dar la bienvenida con unas palabras de agradecimiento.
Tras un primer acercamiento inicial a la historia del lugar, el centenar de participantes inició la marcha senderista programada para la mañana, con un recorrido por la senda del Peñasco y parte de la ruta de los Castaños Centenarios, custodios estos de la historia silenciosa de esta parte de la Sierra Alta, que pusieron telón y otoño a un paseo interpretado bajo el título 'Caminando por la magia y los sentidos de la mano de la Dama del Otoño”.
Paisaje que pasó a ser escenario de un teatro singular, el de los juglares, que pusieron arte, saber y guía para los sentidos para sentir, escuchar y hasta oler los sabores y saberes de la tierra. Tambores, versos y palabras para hacer camino, el que lleva al visitante hasta la 'Mesa del tío Julián', yacimiento con dos megalitos que callan más de lo que cuentan, donde esperaba un fantasma que, desde su eternidad, fue pasando las páginas del lugar desde la Prehistoria hasta la actualidad.
Mientras tanto iba la tierra afinando la voz para traer versos de Rafael Guillén (Premio García Lorca 2014), palabras que ponen voz a los árboles, si es que estos necesitasen de traductores, porque la Naturaleza, insiste el contador de historias, se huele, se muerde y se escucha.
Luego el juglar, pasado de alcaldes a fantasmas, de versos a olores, pasando de memoria a carne y hueso, la de Gabriel Calvo, folklorista que pone voz y alma a la tradición de la zona, de Salamanca toda, como aquellos que subidos al barril, ya lo avisamos, en el centro de la Plaza, van chistando a la multitud aquello de "callen y escuchen lo que he de contarles".
Llamados por Gabriel a la senda nuevamente, a la del arriero, 'Las Figuras de Tomé', fueron apareciendo como suelen hacerlo por estos lares, como si no estuviesen allí y solo se perfilasen frente al espejo del turista, hablando su mester de juglaría, el de la piedra y el tiempo, el de las manos del artista (Manuel Tomé Miguel) que va rescatando el alma a la piedra sin necesidad de ordenar aquello de "Ahora… levántate y anda", porque se mueven en su quietud. Y hablan.
Camino del "Corazón de la Sierra", el que late en el fondo de los castaños centenarios, abrazo de doce hombres, como los apóstoles, como los meses, como las cosas que son importantes y que siempre suman doce. Castaños que hablan de la historia de la zona, de su aprovechamiento y economía, de sus hojas que son, salvando agendas, las del calendario que por estos lares se consulta.
Más voces, más juglares, voces que recitan el "caminante no hay camino…" o cantan a voz en disco la canción a la Virgen de la Peña de Francia, patrona inmemorial de la Sierra y sus gentes.
Un recorrido que desembocó en El Casarito, el que hoy llaman con cariño 'El Viejo', en contraposición a 'El Casarito Nuevo', que tiene otro menester, no menos sagrado, como es dar de comer al hambriento y de beber al sediento… y donde vino a verse, y escucharse, otros cantares de gesta, como el de Simón Vela y las gentes que ayudaron al primer peregrino a levantar ermita en la cima de la Peña de Francia, gentes que subieron a lomos de la fe los sillares desde las milenarias canteras de El Casar.
Visita a la Nava de Francia
El encuentro comarcal 'En tu pueblo y en el mío' continuó en sesión vespertina en el municipio de La Nava de Francia donde vecinos y autoridades abrieron las puertas de la localidad para acercar la historia y tradiciones de este pequeño pueblo a los visitantes.
Desde el roble centenario hasta el caño, la Cruz del Calvario (resto de la fe que se agarra al quicio de la puerta de la modernidad), los asomos de las eras, trilla de avena y trigo, los pozos o los cigüeñales que como válvulas de quirófano van bombeando el agua que se escapa tierra adentro entre las navas.
La iglesia, las fiestas del pueblo y las tradiciones… sacadas a la luz del látigo, con la presencia del temido Perrero, que azuzó a paseantes para gracia, dolor y honra del azotado…
A continuación visita a la exposición particular de Narciso, casa-museo que bien mereciera un anuncio de postín, aperos (palabra que no necesita de más disertación)… para acabar con la juglaría más pilonga que pueda encontrarse en la Sierra en estos días, las de las castañas que van crepitando al fuego y que ponen el postre al sabor y saber de una tierra que se abre a base de cantares. "Vengan y escuchen, apretemos los dientes, agudicemos la vista y temblemos al recordar lo que vamos dejando".
Agradecimientos
Desde estas páginas, como en cada encuentro, queremos dar las gracias a todos los que han hecho posible este día mágico en El Casarito y Nava de Francia. A Marchena, de El Casarito y Mar de La Nava, al Ayuntamiento de la localidad y sus autoridades (que pusieron bebida, castañas y amabilidad), a Narciso, a Gabriel Calvo y a Vanesa Ignacio.
Y especialmente a Elena Mata y sus compañeros de viaje, que oficiaron de guías y anfitriones, que apostaron por llevar este proyecto a este pequeño municipio, uno de los pueblos más pequeños de la provincia, y que, esfuerzo, trabajo e imaginación mediante, lograron rasgar el telón del tiempo y ofrecer una jornada que queda fuera del calendario "de los comunes".
A todos ellos, nuestro más profundo agradecimiento.
Próxima cita
El proyecto de encuentros comarcales 'En tu pueblo y en el mío' tendrá su última parada del año 2016 el próximo 17 de diciembre en el municipio de Ledrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario