ENTRESIERRASrd | La
mirada de hoy va para el conocido como Pino de las Batuecas, ejemplar único y
'árbol singular' que vigila el acceso al valle sagrado
Uno de los más antiguos habitantes del sagrado
Valle de las Batuecas (si no el más antiguo) es el peculiar ejemplar de Pinus
Sylvestris, declarado Árbol Monumental y conocido como el 'Pino de las
Batuecas'.
Su enorme envergadura, con las ramas inferiores
secas y su imponente copa piramidal, unido a un tronco corpulento que denota
una edad superior a los dos siglos, resultan la mejor tarjeta de bienvenida al
valle salmantino, frontera entre Salamanca y Cáceres y acceso a la no menos
legendaria comarca extremeña de las Hurdes.
Se trata de un ejemplar de pino cuya
"rareza", sin embargo, no solo radica en su tamaño y edad, sino el
lugar donde este habitante batueco ha arraigado hasta convertirse en un
"catedral viva". Las condiciones hidrológicas, junto al cauce del río
Batuecas, la altura de toda la zona y su hábitat ecológico hacen de este
espécimen un daguerrotipo de la Naturaleza serrana en otros tiempos no tan
lejano, castigada por el paso del tiempo y sobre todo por la acción del hombre.
Protección del Medio Ambiente
A principios del año 2015 la Fundación del
Patrimonio Natural de Castilla y León puso en marcha un proyecto para mejorar
la biodiversidad en el Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia con el fin
de preservar 42 especies en peligro como el águila real, el azor, el milano
real o el roquero rojo.
Se pretende mejorar el hábitat para aumentar las
posibilidades de una biodiversidad más rica y la proliferación de los animales
más amenazados, donde la especie con más riesgo de desaparición es la Lagartija
serrana (Iberolacerta martinezricai), única en el mundo y que sólo se puede ver
entre los canchales de la zona.
Para que la fauna pueda tener mayor comida, se
acondicionaron un total de doscientos ‘bosquetes’ en cada uno de los cuales
fueron plantados media docena de especies autóctonas como durillos, serbales,
majuelos, endrinos, madroños y cerezos silvestres.
El proyecto también se completó con la
construcción de casas-nido destinadas al anidamiento de especies vulnerables
como el búho real o el murciélago bigotudo.
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