ENTRESIERRASrd | Una reflexión desde el milenario y mágico
Valle de las Batuecas
Amiga/o, quienquiera que
abras esta página web, bienvenido seas. Espero poder ofrecerte una reflexión
sencilla, con la que compartir el silencio creador de este valle de Las
Batuecas.
Vivir en el tiempo es
condición de nuestra vida humana. Y el tiempo se describe haciendo uso de
calendarios y relojes. Sabemos año, mes, día en que estamos, o bien por los
relojes, sabemos calcular la hora del día, ya de modo muy sofisticado de horas,
minutos y segundos, dejamos ya el hacerlo por vigilias en la noche, o por los
momentos del día, mañana, mediodía, tarde, hora prima, tercia, sexta, nona…, lo
que ahora quiero compartir contigo, amigo lector, es de nuevo una experiencia a
la que invita este valle.
Batuecas nos ayuda a
vivir el tiempo más allá del calendario impreso, o ya encontrado en nuestra
aplicación del móvil, y a contar las horas del día más allá del reloj que las
señala. Quien puede pasar por aquí en las distintas estaciones del año puede
dejarse impresionar por las tonalidades que adquiere el color de la naturaleza
en cada estación, la luminosidad tan distinta de un día de verano a un día de
invierno, otoño o primavera. Sí, son distintas las claras mañanas de invierno
de las del verano. Contemplar los tonos rosados de las montañas en el atardecer
del verano. Los olores de la primavera al pasar por los distintos árboles o
plantas, los colores del otoño… Todo ayuda a percibir el tiempo de un modo
vivo, y no en la fría fecha del calendario.
Pero lo que aún me ha
sorprendido más en la vida que se puede llevar en este valle es que también se
puede marcar las horas de un modo más vital que con un simple reloj. Sí, se
puede trascender el reloj si los momentos se encuadran en un espacio armonioso
del tiempo. Basta recordar el momento de abrirse el día y el de su cierre.
Espacio que se abre no sólo para tener que hacer algo en una hora determinada,
sino para cultivar esa presencia del misterio que nos envuelve en su Amor, y
que se transforma en luz que abre la jornada, o luz que se encierra en el
interior al concluirla. La experiencia de que así puedo llenar mi tiempo, me
hace sumergirme en un ámbito que se mide más allá del tiempo, y en el que todo
se hace con esa dimensión trascendente.
P. Francisco Brändle
https://monasteriodelasbatuecas.wordpress.com
https://monasteriodelasbatuecas.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario