
El evento comenzó a las once de la mañana, momento en que llegó el cerdo hasta la plaza de la Fuente, donde se había preparado un espacio para el sacrificio. Allí se realizó la porra del peso del animal, ofreciendo finalmente 153 kilos en la báscula, acompañado todo de caldo, aguardiente, dulces y rosquillas.
Los matarifes fueron ayudados por los quintos de la población, que procedieron a matar al gorrino según indica la legislación vigente.
Noticia en LaGacetaDeSalamanca
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