El pasado sábado los
jubilados de Linares de Riofrío, apoyados por el Ayuntamiento de la localidad,
celebraron una nueva edición de su matanza tradicional, evento que como cada
año ha congregado a los linarenses y visitantes alrededor de la fiesta del
cerdo.
Bajo una lluvia que deslució en parte el evento, la plaza mayor del
municipio acogió el despiece de los dos cerdos previamente sacrificados en el
matadero. Después la celebración se trasladó al hogar de los jubilados, y de
manera simultánea a los soportales de la iglesia parroquial, lugar de
emergencia elegido para las degustaciones gratuitas. Como novedad, la matanza
típica de este año incluyó el convite que los quintos ofrecieron a sus convecinos,
a base de licor, aperitivos y caramelos, dentro de la programación anual que
iniciaron a primeros del pasado mes de diciembre. Además, los jóvenes ayudaron
a amenizar la celebración con sus tamboriles al lado del maestro Vicente Pérez
Oliva de la vecina localidad de El Tornadizo.
Las mujeres, como
es tradicional, se dedicaron a preparar la comida, a base de patatas meneás,
torreznos y chichas, que más tarde repartieron entre los comensales que
acudieron a la puerta de la parroquia. Guisaron menú para unas 400 personas,
acompañado de vino de la tierra. Los hombres se centraron en las labores del
deshuesado, y en el traslado de las canastas desde la plaza a su sede.
Fotografías cedidas por Chelo Muñoz Martín
Extractado de La Gaceta de Salamanca
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