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| La Gaceta de Salamanca |
Un año
más, Guijo de Ávila celebró la matanza típica, para recordar esta costumbre
familiar que era común a todos los pueblos de la comarca.
Las instalaciones del camping acogieron esta actividad que comenzó hacia el mediodía con el sacrifico del cerdo, ejecutado por manos expertas. Después se realizaron poco a poco las tareas típicas de este ritual, hasta llegar al despiece de las carnes, tras partir en dos al puerco, y seleccionar las partes nobles, diferenciándolas de las que serán después embutidas, para la fabricación de chorizos y salchichones.
Muchos curiosos se acercaron hasta la localidad para asistir en directo al desarrollo de esta tradición, con la que mucha gente no está familiarizada.
Después de las faenas matanceras, se inició la degustación gratuita, con el reparto de chichas y sangre guisada, entre todos los asistentes. Un grupo de voluntarios se ofreció para distribuir en platos el sabroso contenido de las ollas, prestadas para esta ocasión por los directivos del camping.
Después del aperitivo se celebró una comida de matanza a base de productos típicos, como las patatas revolconas y los torreznos. En el precio del menú se incluyó una merienda de chocolate y dulces.
El Ayuntamiento de Guijo de Ávila colaboró en esta iniciativa, en la que el pasado año también participó la asociación local de mujeres, que en esta edición ha delegado en el camping para llevar a cabo esta labor.
Las primeras matanzas típicas del municipio se celebraron en la plaza Mayor, y se debieron a la iniciativa privada, aunque en los dos últimos años, ha sido el camping el escenario de la celebración.
Las instalaciones del camping acogieron esta actividad que comenzó hacia el mediodía con el sacrifico del cerdo, ejecutado por manos expertas. Después se realizaron poco a poco las tareas típicas de este ritual, hasta llegar al despiece de las carnes, tras partir en dos al puerco, y seleccionar las partes nobles, diferenciándolas de las que serán después embutidas, para la fabricación de chorizos y salchichones.
Muchos curiosos se acercaron hasta la localidad para asistir en directo al desarrollo de esta tradición, con la que mucha gente no está familiarizada.
Después de las faenas matanceras, se inició la degustación gratuita, con el reparto de chichas y sangre guisada, entre todos los asistentes. Un grupo de voluntarios se ofreció para distribuir en platos el sabroso contenido de las ollas, prestadas para esta ocasión por los directivos del camping.
Después del aperitivo se celebró una comida de matanza a base de productos típicos, como las patatas revolconas y los torreznos. En el precio del menú se incluyó una merienda de chocolate y dulces.
El Ayuntamiento de Guijo de Ávila colaboró en esta iniciativa, en la que el pasado año también participó la asociación local de mujeres, que en esta edición ha delegado en el camping para llevar a cabo esta labor.
Las primeras matanzas típicas del municipio se celebraron en la plaza Mayor, y se debieron a la iniciativa privada, aunque en los dos últimos años, ha sido el camping el escenario de la celebración.
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