El pasado
domingo 26 de abril el grupo senderista Mas que Andar de Endrinal realizó la
XIII Caminata por Entresierras, este año descubriendo y caminando por el
Encinar de la Umbría, entre San Miguel de Valero y San Esteban de la Sierra.
“¿Cuántas veces has bajado o subido por la carretera que va
de San Miguel de Valero a San Esteban? Yo creo que 100, 200 veces no lo sé. Lo
que si sé es que hoy hemos tenido la feliz ocurrencia de hacerlo campo a través.
Siempre he tenido la curiosidad al viajar por ese tramo de
carretera de parar y meterme en ese encinar tan oscuro y tupido que no deja
crecer la hierba. Desde alguna curva sobre todo bajando y no conduciendo puedes
ver también algunos retazos de los chorros del regato que por allí culebrea. ¡Pero
claro! El viaje es el viaje, con un origen y un destino y lo demás queda en
segundo plano.
Pues hoy es un día de estos que te gustaría darle la vuelta
al mundo aunque sólo sea por pura rebeldía. Así que en lugar de bajar o subir
por dónde siempre coges la mochila y te metes entre las jaras hasta los
hombros. Sólo atravesar el pinar de San Miguel tienes una vista insólita de
Miranda del Castañar. Más abajo aparece el Alagón y sus desfiladeros con San
Esteban al fondo, para llegar poco después al Encinar de la Umbría. Lo que
prometía desde la carretera, sorprende, impresiona: las encinas relígrimas
están vestidas de un reluciente musgo hasta la cintura, todo es mágico, aquí
las encinas te eligen y tú si quieres las abrazas, más abajo las zarzas se te abrazan
a los pies sin que tú las elijas, ¡Este mundo es así! El riachuelo hace juegos
malabares entre las piedras. Todo resplandece. Una franja de alquitrán parte
dos mundos irreconciliables.”
Unos 60
caminantes nos dimos cita la fría mañana del domingo 26 de abril para disfrutar
de los bellos parajes de San Miguel de Valero.
A las 9:30
h. tenía lugar en la Casa de
Mitos y Leyendas la recepción de
los participantes y el control de inscripciones. Tras tomar una perrunilla con
una pinta de aguardiente iniciamos el paseo saliendo desde San Miguel en dirección a la dehesa. Entre jaras y pinos nos fueron
sorprendiendo las vistas del Valle y la Sierra de las Quilamas con las cumbres nevadas, del Valle del Alagón en su descenso a tierras extremeñas y
de las sierras que circundan la comarca de Entresierras.
Dirigimos
nuestros pasos hacia un mirador natural sobre San Esteban de la Sierra y en un recodo del camino nos estaban
esperando los “cocinillas” con el asado preparado. Con las fuerzas repuestas y
tras disfrutar de un divertido sainete en el que aprendimos mucho sobre las
abejas, iniciamos el descenso a través del Encinar de la Umbría para seguir disfrutando por las chorreras que dan nombre al regato, el tramo más
complicado pero más espectacular del recorrido.
Continuamos con
la segunda parte del recorrido paseando entre viñedos y cerezos hasta las
ruinas de la Ermita de la Cabeza, donde tuvo
lugar la actividad de etnobotánica. Acompañados por copos de nieve seguimos la
marcha hasta llegar al pinar que rodea San Miguel y allí nos encontramos la
última actividad, dedicada a los útiles del medio rural empleados para producir
sonidos de la vida cotidiana y festivos.
Concluimos la caminata en San Miguel y, dependiendo de la
opción elegida, algunos nos despedimos aquí y pusimos el colofón con una comida
de convivencia en el restaurante El Capi de Endrinal.
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