El Gobierno ha aprobado corriendo
y sin consenso un proyecto de ley llamado de Racionalización y Sostenibilidad
de la Administración Local, que
convierte a la población rural en ciudadanos de segunda. Una ley que dice buscar la
racionalidad y el ahorro económico, pero que esconde una vuelta de tuerca más
en el avance
de las políticas neoliberales y el exterminio de todo lo público.
En
España la población rural en España supone el 20% a los que esta ley arrebata
de un plumazo su capacidad de decidir sobre aspectos importantes de su vida. Esta
ley desmantela 3200 entidades menores y 1024 Mancomunidades, buscando descaradamente
la privatización de los servicios públicos que estas gestionan. Los
servicios públicos rurales se pretenden derivar a las Diputaciones
Provinciales, eso
significa concentración de los servicios públicos y darle la gestión a una
empresa privada, así de fácil.
Pero no solo se trata de servicios
públicos, sino que hay otro bocado apetecible, ni más ni menos que de la
privatización de los bienes comunales, montes, etc… que en su mayor parte
son gestionados por estos pequeños pueblos desde hace siglos, despojándoles de
sus legítimos derechos, y que han conseguido hasta la fecha que se
mantengan y que además sigan siendo comunales. Con
esta reforma estos recursos naturales pasarán a manos de una diputación y
acto seguido a grandes empresas del agronegocio, el turismo, empresas
extraccionistas que se lucrarán con el patrimonio de todos.
Sería bueno que el Gobierno recordara los efectos
desastrosos de la última privatización de montes en España que tuvo lugar en el
siglo XIX, cuando miles y miles de hectáreas de bosque fueron arrasadas y
deforestadas, y solo en 1859 el recién creado Cuerpo de
Ingenieros de Montes logró salvar de la desamortización 6 millones de hectáreas.
Esa gran desamortización causó erosión, desertización, inundaciones,
acabando con lo que hoy llamamos biodiversidad, cultura, sumideros de carbono, un
enorme patrimonio ambiental de todos cuyo valor no tiene precio, aunque algunos
Ministros se afanen en ponérselo.
Javier Guzmán
Director de VSF Justicia Alimentaria Global
Cada día la cagan un poco más. No me sale otra cosa. A mi me suele contratar el pequeño ayuntamiento del pueblecito en donde resido las mayor parte del año algunos meses para trabajar el el mantenimiento. Y ahora Qué ¿
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